Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  149 / 150
Information
Show Menu
Previous Page 149 / 150
Page Background

El año 2014 –siete años desde el inicio de la crisis– ha consagrado la fuerte división

en el mundo occidental a la hora de hacer frente a la crisis. Los dispares resultados en

la Unión y en Estados Unidos han puesto a las claras, más que nunca, que la política

importa. En la Unión siguió dominando (cada vez con más dificultad) la doctrina de los

países acreedores, consistente en disminuir los gastos públicos como prioridad. En

Estados Unidos se impuso otra perspectiva: fortalecer la economía golpeada por la re-

cesión mediante estímulos (fiscales y monetarios) al crecimiento.

Los datos que observamos al comienzo de 2015 son irrebatibles. EE. UU. goza hoy

prácticamente de pleno empleo. En Europa, sin embargo, el paro sigue estando en el

entorno del 11%, esto es, 24 millones de personas sin empleo.

La respuesta política europea ha de corresponderse con dos problemas de gran impor-

tancia y de naturaleza diversa. El primero es el de las dificultades del sistema productivo

para suministrar bienes y servicios. No hay suficiente mano de obra, entre otras cosas

porque la población activa, la gente que busca empleo, se ha desplomado entre 2007

y 2014. La otra gran cuestión que surge de la crisis –en realidad el desafío europeo

por antonomasia– es la degradación del Estado de Bienestar, expresado en devalua-

ción salarial, precariedad, desigualdad y pobreza, con efectos especialmente doloro-

sos entre los jóvenes y los niños, y con la consiguiente brecha entre generaciones que

divide a Europa.

El reto principal de la Unión, es, pues, evidente. Debe gastar más en derechos sociales

y laborales, debe invertir mucho más en investigación, innovación y educación, y debe

ingresar más ampliando las bases tributarias en una línea de imposición progresiva.

Este es, seguramente, el mejor camino para que el crecimiento incipiente en Europa se

sostenga al alza y sea capaz de crear un empleo que merezca ese nombre.

El resto de desafíos para la UE, que se estudian en este informe y en sus recomendacio-

nes, solo se podrán afrontar con suficiencia bajo el gran paraguas de una economía de

bases sólidas en inversión, en empleo y en demanda.

  INFORME SOBRE

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 2015

ISBN 978-84-943702-3-6