El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 108 el consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, y luego H. R. McMaster, por John Bolton; el secretario de Defensa James Mattis, por el nú- mero dos del Pentágono, Patrick Shanahan. La realidad es que Europa está perdiendo su gran aliado para un orden internacional abierto. Ello coloca a los europeos en una difícil tesitura: o bien dividirse ante las acciones de la Admi- nistración norteamericana, o bien aprovechar esa confrontación como un catalizador para avanzar hacia una mayor integración del pro- yecto comunitario. A continuación se desarro- llan brevemente los principales elementos que han configurado la relación (o mejor dicho los desacuerdos) durante el último año en unos po- cos asuntos fundamentales. America First y guerras comerciales En primer lugar, es preciso recordar unos datos económicos de fondo que contrastan con la pug- na económica actual entre Estados Unidos y Europa. La UE es un bloque comercial casi total- mente unificado: junto con la política de compe- tencia, constituye el pilar más asentado de la re- lación transatlántica. Incluso en estos momentos de tensión, Estados Unidos y Europa representan mutuamente los mercados más importantes para ambos. El mercado transatlántico es el más gran- de y más rico del mundo y representa un tercio del producto interior bruto (PIB) mundial y la mi- tad del consumo total global. Las ventas comer- ciales anuales ascienden a 5,5 billones (europeos) de dólares y se generan 15 millones de empleos a ambos lados del Atlántico. Los vínculos son enormes en inversión extranjera directa (IED) y servicios; inversión en portfolio, transacciones fi- nancieras, bancos, comercio y ventas de bienes y servicios, inversión en I+D, o flujos tecnológicos. Por otro lado, el déficit comercial de Estados Unidos con Europa (146 billones de dólares en 2017) se ha reducido en un 6 % respecto a 2015, y hoy supone menos de la mitad que el que mantiene con China (376 billones). Sin embargo, a pesar de esta fuerte interde- pendencia, al menos cuatro acontecimientos han contribuido a tensar enormemente las rela- ciones entre los dos socios: – La decisión del Gobierno norteamericano en la primavera de 2018 de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio bajo pretexto de seguridad nacional, y su negati- va a otorgar a la UE una exención perma- nente. – El bloqueo continuo por parte de Estados Unidos de nuevos nombramientos al Órgano de Apelación de la OMC, que amenaza con parali- zar el sistema de resolución de diferencias. – La imposición de derechos antidumping y compensatorios a las importaciones de acei- tunas maduras españolas en 2018, que po- drían tener implicaciones más amplias para la política agrícola común de la UE. – Las amenazas de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones de automóvi- les y piezas de automóviles de la UE de hasta el 25 %, y el 10 % del aluminio. La ruptura comienza en marzo de 2018, cuando el presidente Trump impuso las tarifas al acero y el aluminio. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, prometió repre- salias inmediatas tras el anuncio del secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross. Ahora bien, ningún otro país europeo tiene una industria automotriz tan importante como Alemania, por lo que una tarifa de automóvil su- ponía un ataque directo a la canciller Merkel. Este asunto suponía una prioridad para Alemania hasta el punto de que Emily Haber, embajadora de Alemania en Estados Unidos, afirmó que los funcionarios de la UE necesitarían un mandato
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