El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales

ESTADOS UNIDOS: AHONDANDO LA BRECHA CON EUROPA 111 ello no ha impedido el anuncio de retirada de algunas empresas europeas ante la amenaza de represalias estadounidenses. En definitiva, el caso de Irán representa una señal clara de que las visiones estratégicas de Estados Unidos y la UE en torno a Oriente Medio, el régimen de ar- mas nucleares o en relación a países de la región como Israel o Arabia Saudí, divergen de manera muy importante. Estados Unidos se retira del Acuerdo de París Estados Unidos, el mayor emisor de carbono mundial –medido en relación con su población– se retiró del Acuerdo de París sobre Cambio Climático en noviembre de 2016. Washington notificó formalmente a las Naciones Unidas su intención el 4 de agosto de 2017 3 , si bien la salida oficial no se materializará hasta noviem- bre de 2020. Frente a esta actitud de su socio transatlán- tico, la UE ha continuado su camino propio, en la línea de los 195 países que ya han firmado el acuerdo y los 184 que lo han ratificado. A fina- les de 2018, la conferencia sobre el clima de la ONU (COP24) en Katowice (Polonia) concluyó con la adopción de un reglamento para desarro- llar el Acuerdo de París y hacerlo funcionar en todo el mundo. La finalización del reglamento fue el principal objetivo de la UE en estas nego- ciaciones 4 . Mientras este compromiso se cerra- ba, la respuesta de la Administración Trump consistió en enfatizar su “enfoque equilibrado” 3 Communication Regarding Intent To Withdraw From Paris Agreement . Disponible en: https://www.state.gov/r/pa/prs/ ps/2017/08/273050.htm 4 UN Climate talks: EU plays instrumental role in making the Paris Agreement operational. Disponible en: http://europa. eu/rapid/press-release_IP-18-6824_en.htm para promover el crecimiento económico y la protección del medio ambiente. Este rechazo a París, que se une a la negativa por parte de to- dos los miembros del fossil four (Kuwait, Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos, con importan- tes empresas de combustibles fósiles en casa) a dar la bienvenida oficial a un informe sobre las consecuencias del calentamiento global. Esta posición incluso se enfrenta a la propia Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, diri- gida por Mark Green, que no respaldó un infor- me que vinculaba el cambio climático con la sa- lud pública. Por su parte, la UE se muestra ambiciosa incluso más allá de 2030. Tras la invi- tación de los líderes del Consejo, la Comisión Europea presentó en noviembre de 2018 una vi- sión estratégica a largo plazo para una economía europea próspera, moderna, competitiva y neu- tral respecto al clima con el horizonte de 2050. Esta discrepancia pone de manifiesto no solo una apuesta política, sino que refleja diferencias estructurales de fondo. La posición estadouni- dense tiene sus raíces en el hecho objetivo que Estados Unidos aún dispone de amplios recur- sos naturales como carbón, gas o petróleo –es- tos dos últimos vía fracking – mientras que Europa tiene que importarlos, en su mayoría de Rusia, por lo que tiende a mirar a nuevas fuen- tes de energía como las renovables. Sin embar- go, desde la perspectiva europea hay dos cosas que tener en cuenta. Primero, no parece razo- nable que Estados Unidos, cuya población re- presenta poco más de dos tercios de la pobla- ción europea (500 millones) emita un 15 % del total mundial de CO 2 –solo por debajo del 30 % de China– mientras el conjunto de la UE suma solo un 9 %. Y segundo: en este asunto tam- bién hay margen para la elección política, como muestra el compromiso de decenas de alcaldes y gobernadores de estados de Estados Unidos con el acuerdo, muchos de ellos receptivos a las

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