El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 14 nacionalismo”. Efectivamente, vivimos una reacción nacionalista causada por la sensación de impotencia para resolver adecuadamente los grandes problemas que abre la inevitable globalización. Esta dinámica no ha varia- do sustancialmente. Una de sus consecuencias es la aparición y desarrollo de partidos populistas, que proponen “soluciones” simplistas, caracteriza- das por las peores pulsiones de la sociedad desconcertada e insegura: xe- nofobia, proteccionismo, autoritarismo y en especial, antieuropeísmo. La Unión tiene que responder a esta complicada situación, y debe ha- cerlo con espíritu europeo y consensual. Pero, sobre todo, ha de responder decidiendo. Adoptando medidas concretas, algunas de ellas largamente esperadas. Estas decisiones vendrán después de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo, y estarán en función de lo que las y los ciudadanos hayan expresado en dichos comicios continentales. Los partidos políticos tienen la obligación obvia de explicar en la cam- paña electoral lo que proponen a la Unión. Nosotros, en el presente informe, ofrecemos un análisis de la situación, y hacemos, como en cada edición, unas recomendaciones políticas. El informe se inicia, tras el prólogo del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, con la perspectiva que se aprecia desde los cuatro países que, a nuestro juicio, han de dar un paso adelante y liderar el ciclo político que se inaugura después de las elecciones del 26 demayo, con un nuevo Parlamento, una nueva Comisión y un nuevo presidente del Consejo Europeo. Estos cuatro países son Alemania (estudio realizado por Frieder Schmid y Martha Posthofen), Francia (Thierry Pech), Portugal (Guilherme d’Oliveira) y España (Carlos Carnero y José Candela). La salida posible del Reino Unido (estudiada por Mercedes Guinea) y el dominio populista en Italia hacen que la convergencia entre Alemania, Francia, Portugal y España constituya una opción estratégica factible. No solo eso, sino conveniente para sacar a la Unión del bloqueo en el que está ahora, con el Grupo de Visegrado y la llamada Liga Hanseática obstaculizando los avances de Europa, que son imprescindibles para contrarrestar la política de pretensiones proteccionis- tas de EE. UU. y de expansión comercial e inversora de China. En este contexto, la mejor forma de dar el siguiente paso sería a través de un acercamiento mutuo de los que permanecen fieles a Europa, confor- mando un núcleo europeo de países capaces de actuar y dispuestos a ha- cerlo; un grupo que, a la vez, permanezca abierto a todos los que deseen colaborar en esa tarea, en particular los países que tienen la moneda común. Las amenazas del populismo de derechas al proceso de integración de la UE (Klaus Busch) solo se podrán conjurar si los países europeos son ca- paces de construir cinco grandes líneas estratégicas determinantes para
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