El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
ESPAÑA ANTE UN NUEVO CICLO POLÍTICO EUROPEO 19 Nacionalismo y populismo: ¿el fin de la excepción española en la UE? Sin embargo, primero 2017 y luego y sobre todo 2018 han mostrado que España no es to- talmente un oasis en las turbulencias políticas y sociales que vive la UE. España sufre con fuerza una crisis provocada por el nacionalismo identitario en Cataluña – una de sus principales comunidades autóno- mas–, empeñado en subvertir el ordenamiento constitucional, poner en cuestión la integridad territorial del país y alejarse de los valores y ob- jetivos europeos. Ni antes ni después del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 ni de las elecciones cele- bradas en diciembre de ese año, tal nacionalis- mo excluyente ha dado tregua alguna ni desde la Generalitat de Cataluña ni desde los partidos y la sociedad civil. En ese sentido, puede decirse cuando esto se escribe que España es el socio comunitario en el que el fenómeno nacionalista ha adquirido una mayor virulencia si se compara su situación con otros Estados, como Bélgica, Francia, Italia o Reino Unido. Evidentemente, tal situación ha obligado a España a llevar a cabo un especial esfuerzo de explicación de la situación en Cataluña y también a vivir con cierta impotencia las consecuencias de las incomprensiones y de los vacíos o desarrollos insuficientes de las normas comunitarias. Los ejemplos de la incomprensible aplicación de la orden europea de busca y captura por par- te de tribunales belgas o alemanes a políticos independentistas fugados de la justicia española deberían servir para que la UE diera los pasos necesarios para unificar la legislación penal y completar la euroorden, a fin de dotarla, en to- dos los casos, del necesario automatismo. Por otro lado, la entrada de la ultraderecha en las instituciones –VOX en el Parlamento de Andalucía en los comicios del 2 de diciembre de 2018– ha puesto de manifiesto que también en España ese tipo de populismo existe y va a tener mayor o menor representación institucional. No obstante, si bien ya constatamos que la ultraderecha influye en el endurecimiento de las posiciones políticas del PP, es difícilmente imagi- nable que consiga variar el perfil europeísta del centro-derecha español, a semejanza de lo ocu- rrido en otros países europeos. No solo por una cuestión de convicciones e identidad, sino ante todo porque los votantes de ese espectro se si- túan sin margen de duda en el terreno europeís- ta que certifica cualquier encuesta. El programa de VOX incluye planteamientos claramente euroescépticos o trumpianos, entre los que cabría señalar los siguientes: – “Impulsar en Bruselas un nuevo tratado eu- ropeo, en la línea que defienden los países del grupo de Visegrado en cuanto a fronte- ras, soberanía nacional y respeto por los va- lores de la cultura europea y que aumente considerablemente el peso de España en la toma de decisiones, al menos tanto como lo hacía el tratado de Niza”. – “Reducción del gasto político europeo, eli- minar duplicidades y agencias que se inmis- cuyan en la soberanía nacional. Exclusividad del Estado, en lo que se refiere a relaciones internacionales (Art. 149 de la Constitución). Supresión de toda representación política exterior de regiones o municipios”. – “Incidir en la bilateralidad en las relaciones internacionales, abandonando organismos supranacionales si son contrarios a los intere- ses de España. Reevaluación de la contribu- ción española a dichos organismos. Creación de una agencia para la ayuda a las minorías
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