El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 20 cristianas amenazadas, imitando la iniciativa de Hungría”. Por encontrar por fin un amigo en España y por la identificación con tales planteamientos, no es de extrañar que los partidos de extrema dere- cha de países como Alemania, Francia o Italia, entre otros, se hayan felicitado por los resultados andaluces de la citada formación política. Aunque la diferencia es evidente: mientras relevantes sectores del electorado de esos países pueden compartir el antieuropeísmo de su res- pectiva ultraderecha, los sondeos –como luego veremos– indican que eso no tiene visos de po- der germinar ni de lejos en la opinión pública española. ¿Será España la némesis de Salvini, Orbán y Kaczynski? La investidura de Pedro Sánchez en la primavera de 2018 se produjo en uno de los momentos más álgidos de la actuación de los Gobiernos comunitarios encabezados por políticos populis- tas o de derecha extrema. Acababa de tomar posesión el Ejecutivo de Conte en Roma, dirigido por Di Maio y Salvini, y en Budapest y Varsovia Orbán y Kaczynski, res- pectivamente, los Gobiernos adoptaban deci- siones de una extrema gravedad que, entre otras consecuencias, ponían en cuestión los va- lores europeos o los pilares del Estado de dere- cho, como la independencia judicial. Inevitablemente, las primeras y posteriores decisiones del Gobierno español han chocado con tales Gobiernos, con particular virulencia en el caso de Roma y la inmigración. El caso Aquarius fue paradigmático: mien- tras Salvini negaba cualquier puerto a ese barco –que acababa de rescatar en alta mar a nume- rosos inmigrantes ilegales que de otra manera hubieran perecido ahogados– a pesar de encon- trarse muy cerca de la costa italiana, Sánchez acogió la embarcación, honrando las obligacio- nes internacionales y humanitarias de España. Ello desató un cruce de declaraciones entre Roma y Madrid que luego se reprodujo en varias ocasiones a lo largo del año y en el mismo ám- bito de toma de decisiones. Al mismo tiempo, España ha apoyado de forma activa y notoria las decisiones adoptadas por las instituciones comunitarias encaminadas a anular las leyes húngaras y polacas contra la independencia del poder judicial y abrir el pro- cedimiento de aplicación del artículo 7 del tra- tado para salvaguardar los valores de la Unión. La relevancia de España en la UE, el carácter socialista e inequívocamente de izquierdas de su Gobierno, la claridad de su política en defensa de los valores europeos y los derechos humanos, sus concepciones progresistas en temas verte- brales como la inmigración, el refugio y el asilo y la igualdad entre la mujer y el hombre, auguran un enfrentamiento casi permanente con los Gobiernos populistas europeos. Probablemente, del mismo tenor que mantienen con el presiden- te Emmanuel Macron en Francia. España, mientras mantenga el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), será en buena medida la némesis del populismo de extrema derecha en la UE. Puede y debe serlo –pues no le perjudica como país, sino al contra- rio– y refleja adecuadamente las actitudes pro- gresistas y europeístas de la ciudadanía. España en las instituciones europeas La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en 2018 supuso incrementar en el Consejo Europeo y en el Consejo de la UE la presencia socialista, verdaderamente mermada.
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