El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 24 pues, salvo excepciones, los votantes lo harán en un porcentaje similar en las tres urnas. Así, la recurrente abstención superior al 55 % se verá aminorada en decenas de puntos, lo que tendrá dos consecuencias: elevar la representa- tividad de los eurodiputados electos y favorecer a los grandes partidos frente a los medianos y pequeños. Teniendo en cuenta las encuestas disponi- bles (CIS de diciembre de 2018) y que en España el reparto de diputados en las europeas es direc- tamente proporcional a los votos obtenidos –aplicándose la regla D’Hondt–, el sustancial aumento previsible de papeletas reducirá el nú- mero de escaños de los partidos nacionalistas y también de VOX, aunque en ambos casos se beneficiarán de que no haya un umbral mínimo para entrar en el cómputo (situación que variará dentro de cinco años en aplicación de la norma- tiva comunitaria). De forma que, de los 59 escaños de España en la próxima Eurocámara, la gran mayoría irá a los grupos de la tradicional coalición europeísta (Partido Popular Europeo, Partido Socialista Europeo, Liberales, Verdes) y en menor medida a Izquierda Unitaria. Así, España contribuirá mínimamente al anunciado aumento de diputados antieuropeos y populistas al que otros países lo harán en mu- cha mayor medida (Alemania, Francia, Italia, etc.), hecho que reforzará la posición del país en la Unión y el debate sobre su futuro. Por lo que se refiere al papel de los grandes partidos españoles en sus respectivos grupos par- lamentarios, no es descartable que el PSOE con- forme la mayor delegación dentro del Socialista, mientras que el PP experimentaría un fuerte re- troceso en el Popular y Ciudadanos avanzaría sensiblemente en el liberal, al igual que Podemos en Izquierda Unitaria. Todo ello clave para ocupar responsabilidades de importancia en tales grupos y en la propia Cámara, lo que debería revertir en una influyente presencia española en el Parlamento Europeo, recuperando posiciones perdidas en las últimas legislaturas. La política europea de España como parte de su política exterior La preeminencia de la política europea en la po- lítica exterior de España desde la llegada del nuevo Gobierno no se ha limitado únicamente a la definición del Ejecutivo como europeísta den- tro de sus tres principales señas de identidad. Particular relevancia ha tenido que el titular de la cartera de Exteriores hubiera sido antes presidente del Parlamento Europeo, cabeza de lista del PSOE en las elecciones europeas de 2004 ymiembrode laConvenciónConstitucional. Un gesto simbólico ha sido también el cam- bio de denominación del Ministerio, que ha pa- sado a ser de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Sin embargo, afortunadamente, se ha man- tenido la estructura clásica de la Secretaría de Estado para la UE en el Ministerio, sin llegar a plantearse ningún experimento. Y finalmente cabe reseñar que, con excelen- tes resultados, se ha creado en La Moncloa el cargo de secretario general de Asuntos Inter- nacionales, UE, G20 y Seguridad Global de la Presidencia del Gobierno, que actúa como sherpa del jefe de Gobierno en todos esos ámbitos.
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