El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
PORTUGAL. DE LA INCERTIDUMBRE Y DE LA DIVERSIDAD 45 económica son elementos fundamentales para que tengamos una sociedad estable, organiza- da y capaz de asegurar el bien común. Pero es urgente, pues, estudiar la necesidad de profun- dizar en el contrato social, lo que es la única manera de vencer al populismo y convertir a las instituciones en más representativas y mejores mediadoras. El derecho y los derechos El Estado existe para la persona y no la persona para el Estado. El todo no es más que las partes y la persona tiene un valor propio, lo que se opone a los que consideran que el individuo ca- rece de valor como no sea formando parte de una totalidad que lo trascienda. Es así como la democracia y la libertad vuelven a estar en el orden del día de una manera urgente y necesa- ria. La clave de bóveda está en los derechos fun- damentales, tanto los subjetivos como los socia- les o de segunda generación. Estamos avanzando hacia una nueva generación de derechos que aúnen la dignidad personal y la protección de la cohesión social, de la sostenibilidad y el desarro- llo humano. La democracia ha de sustentarse en una ciudadanía inclusiva, en el respeto de la dig- nidad humana, de la singularidad y de una co- munidad abierta. Se debe orientar este esfuerzo hacia una cultura de paz y de convivencia que sea capaz de regular los conflictos. La filosofía política y la filosofía del derecho se encuentran y se complementan. Hoy el riesgo es que el dere- cho sea impotente y que la sociedad se precipite hacia una peligrosa fragmentación. Y cuando el poder no es controlado ni limitado por el dere- cho, la sociedad corre el riesgo de la centraliza- ción y de la ineficacia. No basta con obtener vo- tos o con otras manifestaciones formales de voluntad. La participación es condición necesaria pero no suficiente. Tienen que existir institucio- nes mediadoras eficaces, a la vez que legítimas, que respeten la libertad igual y la igualdad libre. Nos es posible crear mecanismos de consulta instantánea de los ciudadanos a través de las redes sociales o de las tecnologías de informa- ción y comunicación. Pero eso no es democra- cia, pues es preciso tiempo y reflexión para evi- tar la tiranía de lo inmediato y del número, que suelen ser fruto de la manipulación y de la de- magogia. En un mundo cada vez más complejo, la ilusión de las opiniones reductoras genera la manipulación y pone en peligro la libertad indi- vidual. Las ideas de la posverdad y la emergen- cia de las fake news tienen mucho que ver con esto. Invocar las mayorías silenciosas solo pre- tende ocultar la necesidad que tiene la verdade- ra democracia de promover las decisiones bien informadas, con conocimiento y la necesaria ponderación. El folletín del brexit ilustra muy bien las consecuencias de una ausencia de orientación política y de mediación democrática y de cómo esta carencia puede derivar hacia ca- minos peligrosos. Inclusión, legitimidad y responsabilidad Lo que está en el tablero es si hay una alternati- va aceptable para la democracia representativa. El tiempo pausado y la reflexión implican que haya diversidad y diálogo entre las facciones y opiniones opuestas. La libertad individual, el respeto mutuo y la cohesión social deben ser concretados y puestos en práctica en el Estado de derecho y en la democracia. En estos tiem- pos en que se habla tanto de agotamiento de los modelos, en particular del contrato social, algo que persiste desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el filósofo italiano Norberto Bobbio acertó en comprender lo que se debe
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