El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 50 los otros cuatro Estados es que los partidos de la gran coalición se han ido adaptando paulati- namente a este discurso antiinmigración. Esto se aprecia especialmente en el caso del ÖVP, pero también, en cierta medida, en algunos sec- tores del SPÖ. El partido de Kurz ha intentado situarse aún más a la derecha que el propio FPÖ. El brusco giro a la derecha en Austria se ob- serva en otros aspectos, además del crecimiento del FPÖ. Todos los asuntos políticos, incluyendo las cuestiones sociales, han tomado un cariz na- cionalista, incluso en los partidos de la gran coa- lición, por lo que grandes sectores del país han virado hacia la derecha. Estos acontecimientos deben ser interpretados dentro del contexto de la extensa historia de la derecha autoritaria en Austria. Al igual que Alemania, Austria tiene una larga tradición de nacionalismo de dere- chas. Sin embargo, y a diferencia de Alemania, en Austria no hubo una verdadera transición tras la Segunda Guerra Mundial. Anton Pelinka propugna la convincente teoría (Pelinka, 2002 y 2017) de que Austria es el único país de Europa con un partido populista de derechas que man- tiene una línea de continuidad entre la barbarie fascista y el periodo posfascista tras la Segunda Guerra Mundial. El FPÖ representa la tradición nacionalista del país, que continúa presente en gran parte de la sociedad. Países Bajos De los cinco factores determinantes del creci- miento del populismo de derechas, los que ma- yor impacto han tenido en los Países Bajos han sido la evolución socioeconómica, la creciente desigualdad social, el desencanto con la política establecida y la crisis migratoria. Desde 2010, la extrema dureza de las políticas de austeridad y el incremento y la percepción de la desigualdad han sido los elementos más decisivos (véase Busch, Bischoff y Funke, 2018, pág. 110 en ade- lante). Los Países Bajos también han registrado un crecimiento económico débil tras la crisis; el país sufrió especialmente en 2012 y 2013, cuando la zona euro entró en recesión como resultado de las estrictas medidas de austeridad implantadas en Europa. Sin embargo, después sí que ha te- nido lugar una visible recuperación, con un au- mento considerable del crecimiento económico y un ligero incremento real del salario per cápita desde 2011. No obstante, los neerlandeses sienten que esta mejora de los datos macroeconómicos se ve eclipsada por el hecho de que ningún otro país de este grupo ha sufrido recortes tan drásticos. Países Bajos ha dado la vuelta a su situación finan- ciera, pasando de tener un déficit presupuestario en torno al 5 % en 2010 a un superávit del 0,4 % en 2016; esta política fiscal ha comportado fuer- tes recortes del Estado del bienestar que han so- cavado la sanidad, la asistencia, las pensiones y la educación. Además, el desequilibrio social ha cre- cido desde el comienzo de la crisis financiera. La desigualdad de ingresos ha aumentado, el pro- blema de la pobreza se ha agudizado y la insegu- ridad laboral en el mercado neerlandés es supe- rior a la de todo el conjunto de la UE. En este contexto, el partido populista de Geert Wilders, el PPV, presentó sus políticas so- bre tolerancia al primer Gobierno de Rutte en 2012. Este Gobierno en minoría, formado por la coalición entre el partido liberal conservador VVD y el democristiano CDA, llevaba en el po- der desde 2010. El PVV aprovechó esta oportu- nidad para presentarse como un partido social que rechazaba las políticas de austeridad dicta- das por las autoridades europeas. El segundo Gobierno de Rutte (2012-2017), una gran coalición formada por el VVD y el partido

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