El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
POPULISMO DE DERECHAS EN LA UE: UNA AMENAZA AL PROCESO DE INTEGRACIÓN 53 se fue fragmentando cada vez más, lo que difi- cultó enormemente la formación de Gobierno en 2017. Rutte tardó seis meses en formar una coalición de Gobierno de cuatro partidos. En Francia, a raíz de las elecciones de 2017 se derrumbó el sistema bipartidista que había em- pezado con el Quadrille bipolaire . Desde los años setenta, la V República ha estado dominada por el PS y Les Républicains (LR, anteriormente UMP) como alternativas de izquierdas y de derechas. El partido La République en Marche (LREM) de Macron es de centro y parte de sus filas, incluso en los niveles más altos, proviene del PS y el LR. El PS decayó (7,4 %, una bajada de 22 puntos) y el ala reformista de Les Républicains, liderada por Juppé, ha colaborado con Macron. En la actuali- dad, la principal oposición la conforman La France Insoumise de Mélenchon y el Rassemblement National de Le Pen, partidos radicales de izquier- das y derechas. El recientemente elegido presi- dente de Les Républicains, Laurent Wauquiez, se describe como “de derechas” y está por ver qué efecto tendrá su nombramiento en la dividida for- mación. El nuevo sistema no es estable y el LREM de Macron es un partido débil con una frágil es- tructura organizativa, incluso para Francia. El sistema también es inestable por la posición de Macron. Ya estaba debilitado antes de la apari- ción de los “chalecos amarillos” y si su progra- ma de reformas fracasa y no consigue mejoras en el capítulo socioeconómico, no sería de ex- trañar que perdiera ante un candidato de extre- ma izquierda o extrema derecha en las próximas elecciones. El éxito de los “chalecos amarillos” en su lucha contra las políticas de Macron a fi- nales de 2018 ha exacerbado la inestabilidad política. La debilidad política también ha crecido en Austria, a raíz del fracaso de la gran coalición y la formación de un Gobierno entre ÖVP y FPÖ tras las elecciones de 2017. Los sindicatos y el SPÖ temen que la deriva del país hacia la dere- cha se traduzca en la eliminación, por parte de la nueva coalición, del sistema de cámaras labo- rales, que conforma los cimientos administrati- vos, intelectuales e ideológicos de los sindicatos; si este sistema se debilitara, también el SPÖ sal- dría gravemente perjudicado. Todo apunta a que estos cambios podrían marcar el fin del pe- riodo de las grandes coaliciones y la democracia consensual. Como se ha descrito anteriormente, el poder de los partidos de la gran coalición se ha ido desmoronando en Alemania, mientras que los Verdes y el AfD crecen de manera importante en los sondeos. La elección de Annegret Kramp- Karrenbauer como nueva líder del CDU deja dudas sobre cuánto durará Ángela Merkel como canciller. Podría significar el fin de la gran coali- ción, nuevas elecciones y la llamada Coalición Jamaica (una coalición del CDU/CSU, el FDP y los Verdes). La pérdida de poder de Merkel y la deriva hacia la derecha dentro del CDU/CSU se deben también en gran parte al auge de la de- recha populista. El incremento de la inestabilidad política, las importantes pérdidas sufridas por los partidos conservadores y socialdemócratas y el auge del populismo de derechas tendrán un impacto considerable en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019 (véase Körner, 2018). La gran coalición formada por el PPE y el S&D, anteriormente predominante y fundamental para la estabilidad del proceso legislativo, perde- rá probablemente su mayoría absoluta. Mientras que el PPE podría obtener el 25 % de los escaños (un descenso de 4 puntos), el S&D podría perder más, y quedarse en el 19 % (un descenso de 6 puntos). En función de cómo se posicione el LREM de Macron, el partido liberal ALDE podría conseguir un 10-13 %. Los antieuropeos y
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