El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
75 Completar la unión monetaria se ha convertido en una prioridad de política económica europea para los países del área euro. En ausencia de un fortalecimiento adicional de la unión, no se pue- de descartar que, en el futuro, ante la llegada de un shock específico a alguno de los países miembros, se vuelva a temer por la eventual ruptura del área monetaria. A pesar de que exis- te un consenso amplio sobre la necesidad de acometer las reformas necesarias para garanti- zar la irreversibilidad de la moneda única, las diferencias entre los Estados miembros sobre los pasos que hay que seguir para alcanzar ese ob- jetivo son elevadas. La consecuencia es que los avances en el fortalecimiento del área son len- tos, dejando, mientras tanto, al área monetaria expuesta ante la posible llegada de shocks ne- gativos. La dificultad para alcanzar acuerdos se deriva no solo de las divergencias de opinión respecto a los pasos que hay que seguir, sino que el propio diagnóstico sobre la crisis económica es muy dife- rente en los distintos países. Así, sin un diagnósti- co común, con opiniones diferentes respecto al papel de las instituciones europeas en la econo- mía, los países miembros están teniendo gran- des dificultades para alcanzar acuerdos. Si bien a lo largo de los debates específicos existen matices importantes en las posturas de cada país que se irán desarrollando en el texto, pueden destacarse dos grandes posturas diame- tralmente opuestas. Una postura generalmente identificada con los países del norte de Europa considera que la clave para que la unión mone- taria funcione de manera adecuada es que los países miembros deben converger en términos económicos y de productividad. Si se produce esta convergencia, se reducirían los desequili- brios dentro de la unión monetaria: por ejemplo, un aumento de la productividad de los países con déficit por cuenta corriente (tradicionalmen- te los del sur de Europa) permitiría reducir estos déficits. La mejora de la productividad de estos países generaría también una reducción corres- pondiente del saldo por cuenta corriente de paí- ses como Alemania y, por tanto, permitiría unas condiciones de crecimiento más equilibrado. La consecuencia sería que las posiciones financieras 2018, un año de lento progreso en la reforma del área euro Víctor Echeverría
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