El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 76 de los países también se irían equilibrando, de forma que el conjunto de los países del área euro estaría menos expuesto a shocks específi- cos que puedan provocar cambios en los flujos de inversión. Con esta mayor protección, los países tendrán una menor necesidad de salir del área euro y acometer devaluaciones, de manera que los temores sobre una eventual salida del área euro se reducirían. Para que se produzca esta convergencia, se- gún esta visión, los países con menores niveles de productividad deberían acometer reformas de sus mercados de productos (es decir, de bie- nes y servicios) y de factores (particularmente, del mercado laboral) que facilitasen la asigna- ción de recursos eficiente en estos países. Estas reformas permitirían aumentar la competitivi- dad y crecer más, facilitando la convergencia a nivel europeo. En segundo lugar, desde esta perspectiva, la irreversibilidad del área euro se garantizaría también si se tomasen medidas para facilitar la sostenibilidad fiscal de los países. Así, los países con un nivel de deuda pública elevada están expuestos a un deterioro de las condiciones de financiación del conjunto de la economía. Según esta teoría, los temores sobre la integri- dad del área euro se deben no solo a la pérdida de competitividad, sino a que las políticas fisca- les excesivamente expansivas acaban siendo incompatibles con la permanencia en el área euro del país. Desde esta perspectiva, las reformas necesa- rias para que el área euro sea irreversible tienen que ver con la reducción de riesgos a nivel na- cional, tomando la forma de una mayor conso- lidación fiscal y las reformas descritas anterior- mente. Para estos países, por tanto, la arquitectura común debe ser mínima y, en cual- quier caso, deberá implementarse después de que se acometan las reformas mencionadas a nivel nacional. Solo así se evitará el riesgo moral que podría suponer que los países de baja pro- ductividad y con finanzas públicas insostenibles obtengan algún tipo de garantía del resto de países miembros. Frente a esta postura, otros países subrayan la necesidad de dotar la unión monetaria de los mecanismos comunes necesarios para hacer frente a shocks externos. Desde esta perspecti- va, ante la ausencia de política monetaria autó- noma, los países miembros deben dotarse de otras medidas que permitan que, ante la even- tual incidencia de shocks a países específicos, se disponga de mecanismos comunes que faciliten la mitigación de estos. Estos mecanismos pasan por la introducción de elementos adicionales en la unión moneta- ria. Así, para garantizar la irreversibilidad de esta no se deben acometer solamente medidas a ni- vel nacional, sino que se deben desarrollar ins- trumentos a nivel europeo. Estos instrumentos deben permitir avanzar hacia la creación de una unión financiera, que incluya la unión bancaria y de mercado de capitales, la creación de una unión fiscal y la dotación de instrumentos de gobernanza comunes. Si bien estas posturas parecen difícilmente reconciliables, en el último año se ha producido un intenso debate ente los países del área euro con posturas diferentes y se han acordado algu- nas medidas para facilitar la integración euro- pea, que se analizan a continuación. El resto del documento está organizado de la siguiente ma- nera. La siguiente sección analiza cómo los ras- gos del crecimiento económico europeo recien- tes han hecho que siga siendo necesaria la reforma del área euro. En la tercera sección se revisan los avances en la reforma a lo largo de 2018, tomando como punto de partida la hoja de ruta propuesta en diciembre de 2017 por la Comisión Europea para este año, analizando los
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