El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales

2018, UN AÑO DE LENTO PROGRESO EN LA REFORMA DEL ÁREA EURO 81 Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Lituania, Holanda y Suecia publicaban una carta con su postura ante la reforma del euro. En esta carta, los firmantes indicaban que para estabilizar el área euro, se debían acometer, en primer lugar, medidas a nivel nacional. En primer lugar, para estos países, las medi- das que tomasen los países debían ir encamina- das a garantizar la sostenibilidad fiscal. Desde la perspectiva de estos países, la consolidación fiscal y la consiguiente creación de espacio fis- cal, permitiría tener margen ante una eventual desaceleración y, por tanto, suponían la reforma clave para fortalecer el área euro. En segundo lugar, estos países consideraban que la unión monetaria debía centrar sus esfuer- zos en las reformas de asuntos que gozan de partida con un apoyo sustancial de la opinión pública y que no implicasen una elevada transfe- rencia de competencias desde los países a la UE. Estos países prefieren mantener el énfasis en áreas que ya se conocen y que ya se han trabaja- do a nivel europeo sin abrir el debate hacia refor- mas más amplias, que afectasen a nuevos ele- mentos. En este sentido, se refieren a la necesidad de completar la unión bancaria antes de que comiencen las conversaciones sobre la integra- ción en otras áreas, como la unión fiscal. Sin embargo, incluso en aquellas áreas como la unión bancaria, los países firmantes limitan sustancialmente el margen para acometer medi- das de calado. Para ellos, antes de que se nego- cie la eventual introducción del seguro de depó- sitos común, se deben acometer medidas para tratar otros elementos de la unión bancaria, como la mejora de la regulación en materia de activos morosos y de tenencias de deuda sobe- rana. Asimismo, aconsejaban la mejora de los procesos de insolvencia y los criterios para la in- tervencióndelsectorpúblico.Consecuentemente, cualquier medida que implique que se comparta riesgo entre los países del área euro queda supe- ditada al cumplimiento de una larga lista de re- quisitos previos. Adicionalmente, si bien consideran que el MEDE debía fortalecerse, consideraban que las normas actuales no debían modificarse, dejan- do por tanto que el poder de decisión estuviese en manos de los países. La consecuencia de esta postura es que el margen de actuación del MEDE se ve limitado, reduciendo la agilidad de la institución ante la elaboración de programas de rescate. El objetivo de la carta, por tanto, parecía ser la fijación de una serie de líneas rojas, que limita- ba los elementos más audaces de la propuesta de la Comisión. Frente a la ampliación de las áreas de debate que buscó la Comisión con su hoja de ruta, los firmantes abogaban por centrarse en objetivos concretos y de consecución fácil. Meseberg En contra de estas posturas contrasta el acuerdo entre Francia y Alemania sellado en Meseberg en junio. Ambos países, en un acuerdo en mate- ria europea que incluía también ámbitos no eco- nómicos, buscaron un equilibrio entre posturas tradicionalmente encontradas, sin por ello re- nunciar a que se acometiesen reformas de cala- do. La relevancia de este acuerdo era que supo- nía un acuerdo entre dos países con visiones sobre el futuro del área euro opuestas. Según el acuerdo de Meseberg, el fortaleci- miento del MEDE debía ir más allá de su inter- vención en procedimientos de reestructuración, como indicaba la carta de los ministros anterior- mente citada. Así, reafirmaban la creación de un instrumento que sirviese de backstop fiscal en caso de una resolución bancaria, abogando por una reducción de los plazos de la entrada en

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