El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
2018, UN AÑO DE LENTO PROGRESO EN LA REFORMA DEL ÁREA EURO 83 (FUR) entre en vigor, sin especificar, por ahora, las medidas de reducción de riesgo. Por otro lado, se impulsaba la creación de instrumentos precautorios en el MEDE. Como se ha mencionado anteriormente, esta reforma puede ser útil a la hora de facilitar la financia- ción rápidamente cuando haya países en dificul- tades. Sin embargo, el alcance de las reformas que se acometan en este aspecto es incierto, toda vez que se deberá preservar el carácter del MEDE como prestamista de último recurso. Consecuentemente, se puede considerar que en la cumbre de diciembre se alcanzaron algunos acuerdos que son positivos para el for- talecimiento del área euro, como el aumento de la capacidad del MEDE, tanto en el diseño de líneas precautorias como en su capacidad como backstop de los procesos de resolución. Sin em- bargo, el resultado final de estos progresos de- penderá de la letra pequeña de los acuerdos fi- nales. Adicionalmente, la falta de avances en la creación de una capacidad fiscal propia, la supe- ditación de los avances mencionados a criterios no concretados en la reducción de riesgo de las entidades financieras y la ausencia de avances verdaderos hacia la creación de un seguro de depósitos común refleja las dificultades para acometer cambios de calado en la arquitectura del área euro. Conclusiones Como se desprende de lo anterior, la mejora de la arquitectura del área euro es un trabajo en curso. Los avances han sido lentos, pero se han producido algunas mejoras en el último año, como se ha descrito anteriormente, si bien su concreción es, por ahora, limitada. El proceso está plagado de pequeños pasos, plazos largos y dificultades para implementar las medidas acordadas. Sin embargo, se puede afirmar que los instrumentos de los que dispone la unión monetaria para hacer frente a shocks son hoy más potentes que los disponibles antes de la cri- sis de la deuda soberana. Sin embargo, el riesgo de no acometer refor- mas adicionales es elevado. La lentitud en la toma de decisiones, si bien quizás sea consus- tancial a un proceso que, como se ha menciona- do anteriormente, enfrenta intereses y visiones sobre el área euro muy distintas, es en este caso muy arriesgada. El deterioro del entorno econó- mico global los últimos meses, las señales de menor cooperación entre países, reflejadas en el mayor proteccionismo a nivel global, y el au- mento generalizado de la incertidumbre, supo- nen un riesgo para la economía global y la eu- ropea. Consecuentemente, la lentitud excesiva puede suponer que ante la próxima crisis el área euro no disponga de los mecanismos necesa- rios, dejándola expuesta a nuevos temores so- bre una eventual ruptura. En segundo lugar, sí, sería preferible evitar lo sucedido durante la crisis de deuda soberana, y no se dejen las decisiones para el último mo- mento. Esta toma de decisiones bajo presión, si bien puede tener una lógica política, suele im- plicar un elevado grado de incertidumbre, que a su vez tiene efectos negativos sobre la econo- mía y aumenta la necesidad de que se tomen medidas compensatorias. En el caso europeo, la gravedad de la ausen- cia de reformas se debe a que la aproximación enfrentada de las distintas partes no se justifica por la realidad económica. En una economía tan integrada como la europea, los efectos desbor- damientos entre los países son muy elevados. Una recesión en un país determinado afectará en buena parte al conjunto de los países del área monetaria. Ello significa que no se pueden tomar las cuestiones europeas pensando en
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