El Estado de la Unión Europea - El Parlamento Europeo ante unas elecciones trascendentales
LA EUROPA SOCIAL: PONER NOMBRE AL MITO, PRESERVAR EL MODELO Y TOMAR MEDIDAS CONCRETAS 89 “economía social de mercado competitiva”. Sin embargo, pese a toda su diversidad, las socieda- des europeas comparten una serie de caracterís- ticas estructurales a nivel económico y social que reflejan las bases de una economía social de mercado: un Estado capaz de intervenir de ma- nera eficiente, un sistema social sólido, sindica- tos activos y competentes con ambiciones en materia de política social y respaldados por una legislación basada en el concepto de Wirtschaftsdemokratie o democracia económi- ca, un consenso sobre el mantenimiento de la cohesión social y una visión a largo plazo de la gestión empresarial. Estos componentes funda- mentales pueden ser desarrollados en mayor profundidad. Incluso en Alemania existen diferentes inter- pretaciones sobre la dirección que debe tomar una economía social de mercado competitiva respecto a la política social. El conflicto entre el capitalismo social y una reorientación hacia po- líticas sociales progresistas se acentúa depen- diendo del bando político 10 . Aplicar los cuatro pilares de la política reguladora Primero. Hay que proteger los logros nacionales y fomentar la convergencia económica Hay que reestructurar la política social y econó- mica de la UE de manera que respete y proteja los derechos sociales existentes, como la seguri- dad social nacional y los sistemas de negocia- ción colectiva. Esto afecta en particular a la zona 10 Trabajo seminal en relación con el anterior debate en Ale- mania: Hartwich, H. H.: Sozialstaatspostulat und gesells- chaftlicher Status quo, Opladen, 1970. euro. Es poco probable que se produzca dicha reestructuración a partir de meras recomenda- ciones no vinculantes sobre los derechos socia- les individuales. Los estados del bienestar y los sistemas de negociación colectiva seguirán siendo un ele- mento relevante, si no el más importante, en la construcción de una Europa social. No obstante, sin las normas europeas que marquen la línea roja en la carrera hacia el abismo del capitalismo liberal, hay pocas esperanzas de lograr una Europa social. En última instancia, se necesita una inteligente combinación de más Europa en algunos ámbitos y menos Europa en otros. La integración europea debe estar estructurada de tal manera que se fomente la convergencia eco- nómica y social de los Estados miembros. Segundo. Las políticas económicas y fiscales europeas deben centrarse más en el crecimiento Se necesita una política que permita a los Estados miembros invertir más, en lugar de so- meterlos a un control presupuestario excesiva- mente estricto. En este sentido, sería convenien- te lograr una mayor financiación comunitaria para inversiones específicas en infraestructuras, educación y energía. En los últimos años, la socialdemocracia eu- ropea y alemana se ha caracterizado por insistir en que se tenía que lanzar una “ofensiva inver- sora” exhaustiva para Europa. La recesión dio argumentos a favor de la dimensión europea de este empeño, en términos de política económi- ca. El apoyo político a esta idea creció en Alemania con la perspectiva de cumplir también con los requisitos en materia de inversiones es- tructurales que necesitaba el país. Aunque en ocasiones la inversión aumentara gracias a el
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