EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición

NUEVO PACTO EUROPEO SOBRE MIGRACIÓN Y ASILO 115 de futuro en materia de migración y asilo. El CESE reconoce la importancia de que las propuestas tengan el estatuto ju- rídico de reglamento, que es vinculante y directamente apli- cable en los Estados miembros. Sin embargo, para constituir una verdadera política, todos los reglamentos pertinentes propuestos deberán adoptarse de forma conjunta. Entre otros aspectos, el CESE cuestiona la política propuesta de retorno a los países de origen, que puede acarrear problemas, ya que la UE se verá obligada a con- fiar en la voluntad de estos países, ya sean de origen o de tránsito, para colaborar. Por esa razón, a dichos países deberían ofrecérseles incentivos y desincentivos claros. Si bien ofrece una oportunidad para una solidaridad vincu- lante, el Reglamento relativo a las situaciones de crisis y fuerza mayor contempla ayudas en materia de procedi- mientos, más que medidas de solidaridad de emergencia. La solidaridad se ve socavada por los complejos y bu- rocráticos procedimientos necesarios para su aplicación. El CESE expresó igualmente su preocupación por los nuevos procedimientos fronterizos, especialmente respec- to a la protección del derecho a solicitar asilo. También se opuso al uso de conceptos jurídicos indeterminados, como “amenaza para la seguridad” y “orden público”, o del concepto erróneo de “países con bajas tasas de re- conocimiento de asilo”, que genera inseguridad jurídica. Apeló a la necesidad de la solidaridad obligatoria en caso de reubicación porque, sin esa disposición, o si no se crean procedimientos que permitan a las personas solicitar asilo en los Estados miembros sin necesidad de cruzar fronteras de la Unión, en la práctica, el reglamento no funcionará. Además, el CESE insta a la Comisión a que preste especial atención a las familias con niños y a los menores no acom- pañados, y afirma que es inaceptable que un niño solo se considere como tal si es menor de 12 años, y no menor de 18 años, lo que es contrario al Derecho internacional. Es especialmente relevante la primera discusión so- bre el pacto migratorio, en el mes de marzo de 2021, del Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) de la Unión Europea, celebrada bajo la Presidencia alemana, en la que ya se vislumbraron las deferencias e intereses de los Estados ante las propuestas del pacto anunciadas. Los ministros del Interior y de Migración de Chipre, Italia, Malta, España y Grecia, seis meses después del lanzamiento oficial de la negociación de un Nuevo Pac- to sobre Migración y Asilo, manifestaron sus principales preocupaciones sobre los desequilibrios en los textos propuestos, que estarían “lejos de regirse plenamente por el principio de solidaridad y de reparto equitativo de la responsabilidad. A este respecto, reiteramos nuestra enérgica petición de un verdadero equilibrio, necesario, entre solidaridad y responsabilidad, ya que en su forma- to actual el pacto no ofrece suficientes garantías a los Estados miembros de primera línea”. La declaración incluyó una serie de propuestas que merecen especial atención para comprender las conse- cuencias que las propuestas anunciadas tendrían tam- bién para los Estados que constituyen frontera exterior en la UE: −− Solo aumentando la cooperación con los países de origen y de tránsito podremos evitar los movimientos primarios y secundarios, el tráfico y la trata de inmi- grantes y la pérdida de vidas, así como la promoción del retorno efectivo. Es necesario garantizar el apoyo a los terceros países en nuestras fronteras exteriores para que desarrollen sus capacidades en materia de gestión de la migración, lucha contra el tráfico y el contrabando (en consonancia con la Conferencia Ministerial UE-África de 2020 sobre la lucha contra el contrabando, organizada por Italia), control de fronteras y asilo. −− Acogemos con satisfacción la iniciativa de la Presi- dencia de intensificar nuestro trabajo con los Esta- dos del norte de África, así como la iniciativa Team Europe, lanzada por España junto con la Comisión para los países de la ruta atlántica.También debemos dar prioridad a nuestra cooperación con los países de la Ruta de la Seda y la región del Sahel. Además, debemos tratar de establecer un diálogo más estre- cho con los países vecinos a lo largo de la ruta del Mediterráneo oriental y de los Balcanes occidentales, garantizando al mismo tiempo que la Declaración

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