EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 130 tir deuda en nombre de la UE, con condiciones de financiación muy ventajosas. En este sentido, el NGEU puede considerarse el embrión de un tesoro europeo. −− Aprovechando el debate sobre la revisión de las normas fiscales en la UE que se acaba de abrir, el NGEU debería convertirse en un fondo de carácter permanente, y no solo en un instrumento temporal para hacer frente a la crisis de la covid-19. Con ello se dotaría a la UE de capacidad fiscal para financiar las inversiones públicas necesarias en coyunturas de recesión. −− Se echa en falta una perspectiva europea en el des- pliegue del Mecanismo de Recuperación y Resilien- cia. Si bien el NGEU ha sido articulado en el marco de la UE por las instituciones comunitarias, el grueso de los recursos se canalizará a escala nacional a la vista de los planes de recuperación de cada uno de los Estados miembros. Por ello, deben definirse tam- bién objetivos y acciones conjuntas a escala europea, dentro del ámbito de competencias de la Comisión, que doten a los planes de una perspectiva comu- nitaria, más allá de la mera asignación de recursos y supervisión del diseño y ejecución de los planes, lo que permitiría asegurar un impacto conjunto por sí mismo y no solo como impacto agregado de los planes nacionales. −− Se debe hacer un esfuerzo especial por promover y dar más visibilidad al principio de solidaridad inhe- rente a la construcción europea, así como afrontar la dificultad que supone integrar la necesidad de propiciar la cohesión económica, social y territorial de la UE dentro de unos planes diseñados en clave nacional. −− Un instrumento como el plan NGEU debería incorpo- rar una visión de más largo plazo, y no solo respecto a los objetivos de cambio y transformación estructu- ral de las economías, sino también sobre los riesgos y costes que suponen muchas de estas transforma- ciones, casi todas de largo recorrido y con impactos intermedios inciertos, especialmente en el terreno social y laboral. Asegurar unas transiciones justas, en su sentido más amplio, y consolidar la cohesión social cobran especial importancia para evitar el des- apego o desafección hacia el proyecto comunitario. El esfuerzo fiscal contra el coronavirus −− Debe reforzarse el nivel federal de la Unión median- te la emisión de deuda europea permanente como herramienta de lucha frente a las crisis, permitiendo a los Estados miembros un mayor margen de ma- niobra fiscal como instrumento para afrontar retos globales, como la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica de la economía. −− Proponemos introducir nuevos recursos propios comunitarios, entre ellos, el impuesto a las transac- ciones financieras, un arancel en frontera al CO 2 im- portado, una fracción de la base consolidada común del impuesto sobre sociedades dirigido a grandes empresas y un impuesto a los servicios digitales, así como la asignación de los beneficios del BCE a los recursos propios de la Unión, que permitan amortizar la deuda europea, constituyendo la unión fiscal sobre la que apoyar la unión financiera creada con el Plan de Recuperación. 3. Salud, migración y política exterior: tareas pendientes para la UE Unión Europea de la Salud −− Dotación de una mejor gobernanza a las agencias y unidades responsables de los temas de salud en la UE. −− Hay que fortalecer los sistemas de salud de la UE y crear un grupo de trabajo ( EU Health Systems Task Force ) con el objetivo de estudiar y hacer propuestas para extender la acción de la UE a garantizar están- dares comunes en los sistemas sanitarios de todos los Estados miembros.

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