EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición

¿CÓMO MEJORAR LA PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA Y LOS CIUDADANOS… 35 ha incrementado, queda reducida a 8 puestos, junto con otros tantos para los interlocutores sociales y 18 para el Comité Económico y Social y el Comité Europeo de las Regiones, respectivamente. Todavía no se sabe en qué consiste la participación de los ciudadanos, pero ya se conocen los delegados de la sociedad civil y los representantes de los 27 eventos nacionales, en su mayoría, representantes de la sociedad civil nacional. No obstante, con la actual Declaración del 10 de marzo y las normas de procedimiento del 26 de mayo, todavía se puede recuperar el sentido inicial de la confe- rencia. El hecho de que no se recoja con claridad ninguno de estos puntos no quiere decir que en los desarrollos posteriores o en los eventos nacionales, que se tendrán que hacer de forma presencial, no se pueda clarificar a través de las medidas ejecutivas: la participación de la sociedad civil; la importante participación de los jóvenes; la posibilidad de reforma de los tratados, ya que no se excluye esta posibilidad, como sí ocurría en documentos anteriores; la mejora de la decisión, es decir, que no sea solo por consenso, y, finalmente, la garantía de una par- ticipación democrática de la ciudadanía que diferencie a la CoFoE de una Convención europea, cuya estructura ya está regulada en el artículo 48 del Tratado. Los avances federales como consecuencia de la COVID-19 durante 2020 y 2021 Para entender los avances federales que se han puesto en marcha como consecuencia de la COVID-19 debemos al menos recordar los cambios producidos, resultado del nuevo ciclo político que comenzó en mayo de 2019 de- bido a los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo. Entendemos por “ciclo político” el periodo de tiempo que está unido por unas características similares, espe- cialmente, entre unas elecciones y las siguientes, como consecuencia de las mismas y también de la percepción de los ciudadanos de los resultados, del contexto político en el que se origina, del proceso político que desenca- dena y, por ello, que lo diferencia de forma importante del periodo anterior. En este sentido, nos estamos refiriendo al proceso político que se origina como consecuencia de los resul- tados de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019, que van a significar un aumento importante de la legitimidad democrática, así como una cierta realinea- ción de los partidos políticos y, sobre todo, de la cohesión entre los mismos. Las principales fuerzas políticas, que significan más del 60 % de los electores, apostaron de forma clara por un acuerdo entre las mismas y que tendrá como guía general de su actuación la profundización del modelo político europeo. También se caracteriza este nuevo ciclo por la pérdida de peso político de las fuerzas euroescépticas pertenecientes a la extrema derecha. Por tanto, se produce el principio de un cambio de ci- clo en el cual podemos diferenciar cuatro fases distintas: a) las consecuencias en el incremento de la legitimidad democrática de las elecciones de 2019 y la formación de la nueva Comisión Europea; b) la puesta en marcha de la Comisión Von der Leyen con un importante respaldo de casi el 70 % del Parlamento Europeo el 28 de noviembre de 2019; c) la incidencia de la COVID-19 en la acelera- ción del proceso institucional (Parlamento, Comisión y Consejo); d) el nacimiento del Plan de Recuperación y otras medidas como expresión de la solidaridad federal. El contexto político que facilita el nuevo ciclo político está favorecido por un factor interno, el abandono del Reino Unido de la UE, que se da definitivamente el 31 de enero de 2020. Con el Reino Unido dentro hubiese sido imposible aprobar el Plan de Recuperación y otras medidas como la convocatoria de la propia Conferencia sobre el Futuro de Europa. El contexto también se ve alterado por un factor internacional, que es la presidencia de Donald Trump en EE. UU., que se convierte en el “fe- derador” externo, al debilitar la relación transatlántica y, con ello, impulsar la autonomía estratégica de la UE. Con la nueva presidencia de Joe Biden en Estados Unidos, la situación se irá normalizando progresivamente a partir de 2021, presumiblemente.

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