EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición
EL FONDO DE RECUPERACIÓN NUEVA GENERACIÓN UE: EL AÑO DE LA PUESTA EN MARCHA 57 recaudación de la propuesta de los dos pilares, aún no se ha consensuado completamente. El principio de acuerdo habla de un tipo efectivo mínimo global de, al menos, el 15 %. Varios son los países, EE. UU. entre ellos, que apuestan por subir el porcentaje al 21 %. En todo caso, la propuesta de impuesto digital que finalmente presente la Comisión tendrá que estar ali- neada con el acuerdo que eventualmente se alcance a nivel global. Y, a la luz de lo que se está debatiendo en el Marco Inclusivo de la OCDE, puede que la fórmula que la UE adopte en este campo no se limite a la imposición de la economía digital y que afecte a todos los demás sectores. En esta línea podría adoptarse en la UE una fórmula que garantice la tributación mínima de las multinacio- nales que operen en territorio comunitario, tomando como referencia el porcentaje que se haya acordado a nivel global. También podría desempolvarse la pro- puesta estrella de la Comisión en materia de elusión fiscal, el establecimiento de una base imponible común consolidada en el impuesto de sociedades (BICCIS). La BICCIS ha sido rebautizada como propuesta BEFIT en la reciente La fiscalidad de las empresas para el siglo XXI 5 . La BEFIT implica un cambio radical respecto al sistema actual, ya que conduce a una armonización fiscal mediante la determinación, a escala europea, de los beneficios imponibles generados por las grandes empresas en suelo comunitario. Actualmente, la base imponible del impuesto de sociedades que pagan las corporaciones transnacionales se calcula conforme a los divergentes códigos fiscales de cada Estado miembro, lo cual da lugar a una fragmentación legal que aumenta las posibilidades de elusión fiscal. La BEFIT implica también una “consolidación” de los beneficios y pérdidas que las multinacionales obtienen en territorio comunitario. El saldo resultante de esta compensación se reparte entre los Estados miembros en función de una fórmula prede- 5 BEFIT, en alusión a Business in Europe: Framework for Income Taxa- tion.Véase: Communication on Business Taxation for the 21st Century | Taxation and Customs Union (europa.eu ) terminada, compuesta por tres parámetros: las ventas, los ingresos y el empleo. Este aspecto de la propuesta BEFIT, el de la conso- lidación, que asume el formulary apportionment system vigente en EE. UU., tendría el potencial de desactivar gran parte de las operaciones de elusión fiscal corpora- tiva que se producen en la UE, como las derivadas del abuso de precios de transferencia. Pues bien, en el referido acuerdo presupuestario, el del Parlamento Europeo y el Consejo de 14 de diciembre de 2020, se propone ahora que una cuota del aumento de recaudación que supondría la introducción de esta propuesta de la Comisión pasase a engrosar los recursos propios de la UE. Los gravámenes asociados al pleno desarrollo del Pacto Verde Europeo En primer lugar, es preciso señalar que, desde enero de 2021, se encuentra ya en vigor la tasa europea al plástico no reciclado que grava los residuos provenientes de los envases de plástico no reciclable. Además, es necesario mencionar dos propuestas muy importantes que forman parte del paquete Fit for 55 (Ob- jetivo 55), presentado en julio de 2021 por la Comisión. Este paquete constituye el primer intento de desarrollo legislativo del Pacto Verde Europeo (EGD, por sus siglas en inglés), programa de gobierno de la Comisión para los próximos años. Entre las muchas iniciativas que contiene el EGD se encuentran dos importantes instrumentos de fiscalidad verde y correctores del mercado directamente encaminados a lograr los objetivos de descarbonización, fi- jados tanto en el Acuerdo de París como en el propio EGD. La primera de ellas pretende crear una nueva fuente de recursos propios asignando al presupuesto comuni- tario el 20 % de los ingresos procedentes del sistema de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés: Emissions Trading System). La UE ha sido pionera en este campo, ya que utiliza desde el 2005 el ETS como instrumento para influir sobre los precios del CO 2 en el
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