EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición

EL FONDO DE RECUPERACIÓN NUEVA GENERACIÓN UE: EL AÑO DE LA PUESTA EN MARCHA 59 otro lado, el CBAM permitiría contrarrestar el incentivo perverso que representa para las empresas europeas el deslocalizar su producción fuera de la UE en busca de legislaciones más laxas (fuga del carbono). Ahora bien, a la hora de aprobar esta propuesta, la UE debería evitar caer en cualquier tipo de proteccionis- mo y de imponer discriminatoriamente barreras al co- mercio, otorgando un mejor tratamiento a los productos domésticos que a los provenientes de países terceros. Esto supondría una violación de las normas de la Or- ganización Mundial del Comercio en la materia. A este respecto, es importante subrayar que el objetivo principal del CBAM, además de nivelar el terreno de juego desde el punto de vista de las exigencias medioambientales, no es favorecer a los productores nacionales, sino fomentar el cumplimiento de los acuerdos climáticos a los que se ha comprometido la comunidad internacional. De hecho, el CBAM formaría parte de lo que se ha venido a llamar la dimensión externa del Pacto Verde Europeo. La UE es consciente de que por sí sola no sería capaz de lograr los objetivos climáticos globales, pues únicamente representa el 9 % de las emisiones de efecto invernadero en el mundo. De ahí que tenga que desple- gar toda una estrategia para incentivar a otros países a impulsar políticas de acción climática ambiciosas. El CBAM puede ser una medida importante para ello, pero ha de verse acompañado de otras medidas de diplo- macia climática que tengan en cuenta tanto el contexto geopolítico como las dificultades que pueda conllevar su aplicación en otros países. En este sentido, la UE debe actuar como un socio constructivo mediante el estable- cimiento de alianzas verdes con sus socios comerciales. Especial atención deben ocupar China y EE. UU., los dos principales países emisores de carbono, cuyas políticas también se están encaminando hacia una disminución de las emisiones, aunque a ritmos menos exigentes que la UE. En este sentido, sería importante que la UE contribu- yese a crear un “club del carbono” lo más amplio posible que evitase el fenómeno de la fuga de carbono, de tal manera que el coste de mantenerse fuera del mismo fuese cada vez más elevado para los Estados. Al mismo tiempo, es de esperar que la mera puesta en marcha del CBAM tenga un efecto disuasorio para algunos países y que los lleve a adoptar desincentivos a la emisión de CO 2 similares al ETS europeo. Esta circunstancia los volvería inmunes a la aplicación del arancel. Así y todo, sería ingenuo ignorar que tanto la apli- cación del CBAM como la del Pacto Verde Europeo no fueran a levantar resistencias en algunos países, especial- mente en aquellos más dependientes de los combustibles fósiles (Leonard et al. , 2021). En este sentido, los países en vías de desarrollo (PVD) merecerían un tratamiento especial para que la aplicación del CBAM no obstaculice en ellos la lucha contra la pobreza, a la vez que se pro- mueve su transición ecológica. En este punto, va a resultar clave el papel de la coo- peración y de la financiación al desarrollo para facilitar las transiciones de estos países hacia modelos económi- cos más verdes, digitales y justos. No en vano, el nue- vo instrumento de financiación al desarrollo de la UE, Europa Global, asigna un 25 % de sus fondos a lograr objetivos climáticos (Manrique, 2021). El NextGenerationEU como instrumento para promover un cambio de modelo económico y productivo en la UE De forma análoga a lo mencionado anteriormente con respecto a los países en desarrollo, los fondos del NGEU pretenden servir a la transición verde, socioeconómica y digital de los Estados miembros que los reciben. Si bien es cierto que estas tres transiciones ya estaban en marcha antes de la irrupción de la pandemia, los fondos europeos pretenden acelerar esos procesos en marcha como estrategia de salida de la crisis. De hecho, la larga negociación de los fondos de re- cuperación dio lugar a una transacción entre los países del norte y los países del sur de Europa, en virtud de la cual los primeros aceptaron que se produjeran transfe- rencias en favor de los segundos a cambio de reformas estructurales.

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