EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Europa en un periodo de transición

9 Introducción. Los retos de la Europa pospandémica No cabe duda que el siglo xxi está poniendo a prueba el proyecto europeo. Las múltiples crisis (económica, migratoria, democrática), así como el proceso de salida de Reino Unido, han sacudido los cimientos de la Unión. Sin contar con la crisis sanitaria y ecónomica que desencadenó la pandemia de covid-19. El impacto social de crisis de tal magnitud es indudable. La desigualdad se ha hecho más presente que nunca, y el estado de bienestar, ya golpeado por el neoliberalismo de las últimas décadas, siguió debilitándose en Europa y América, aunque no haya sido herido de gravedad gracias a la fortaleza de nuestras estructuras democráticas. A lo anterior se añaden dos acontecimientos de gran entidad: la acelerada trans- formación de China en una potencia tecnológica universal y la aparición en el mundo occidental de fuerzas políticas ultranacionalistas, proteccionistas y reaccionarias ver- daderamente preocupantes. Han sido ejemplificadas en el trumpismo aún vigente en EE. UU., de sorprendente eficacia mediática, y en las extremas derechas europeas, que cuestionan provocadoramente a la Unión, especialmente en Polonia y en Hungría. No sabemos aún si este escenario consiste en solo una transición con un final positivo o si se profundizará su aspecto disruptivo. Lo que sí sabemos es que en el resultado será determinante la respuesta que la Unión Europea dé a los inesperados retos que estamos viviendo en el nuevo siglo. A los de carácter político, mencionados, hay que añadir la colosal amenaza del cambio climático y la brecha digital entre grupos sociales y entre países. El presente Informe sobre el estado de la Unión Europea, impulsado cada año por la Fundación Alternativas y la Friedrich-Ebert-Stiftung, se centra precisamente en los desafíos que nos presenta este periodo de transición. En cada capítulo tratamos de analizar la actual situación en 2021, el horizonte para 2022 y las recomendaciones y propuestas políticas sobre lo que, a nuestro juicio, debe decidir la Unión Europea desde una perspectiva progresista. La Unión tiene la imperiosa necesidad de responder a una difícil encrucijada. Podría resumirse en claudicar ante la oleada nacionalista e individualista de una insolente fobia antieuropea o dar un salto cualitativo hacia una Europa más integrada y defensora de sus valores esenciales: democracia, estado de derecho y libertades. Estos valores, como dice el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea, están basados en principios de los que nos gustaría destacar uno especialmente necesario ahora: la solidaridad. Es algo que resume seguramente el sentido de un proyecto supranacional

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