EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 110 Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania también ha puesto de manifiesto las tensiones en materia de política energética entre los Gobiernos europeos. Cada Estado miembro decide su propia combinación energética. Esta situación tiene raíces históricas, es económicamente sensata habida cuenta de la gran diferencia que hay entre los respectivos recursos internos, socios externos y preferencias específicas de los países, y seguirá siendo así, aunque se profundice en la Unión de la Energía. Cualquier otra cosa sería inaplicable, tanto a nivel gu- bernamental como entre la población. En consecuencia, no se espera una política energética europea orquestada en Bruselas. Todas estas diferencias ya están complicando mucho la aplicación de las medidas individuales del paquete “Objetivo 55”. También será necesaria una mayor coor- dinación interna. Una política industrial europea común aún queda lejos, pero debe llegar. La actual estructura de la política industrial en Europa no se ajusta bien a los potenciales de producción de energías renovables. ¿Será posible mantener en Europa la producción intensiva en energía, como las industrias del amoníaco y el aluminio? ¿O deberían los europeos centrarse en determinados sec- tores de tecnologías limpias y dejar de lado aquellos en los que tienen desventajas competitivas frente a otras regiones? La pandemia y la guerra rusa de Ucrania han pro- vocado interrupciones de las cadenas de suministro e importaciones, y, por lo tanto, un enfoque basado ex- clusivamente en el mercado es, hoy en día, indefendi- ble. Ahora, en regla general, se comparten los objetivos de seguridad de abastecimiento y soberanía. Al mismo tiempo, los efectos de la pandemia y la guerra limitan los recursos financieros. ¿Cuánto vale para los europeos mantener o desarrollar sectores industriales centrales en la zona? ¿Es necesaria una industria solar europea, ahora que también se están creando importantes capacidades fuera de China, en EE. UU. e India, lo que seguramente garantiza una cadena de suministro diferenciada? ¿O debería la UE, con sus excelentes capacidades de inves- tigación, centrarse en las áreas de alta tecnología y dejar la producción en masa a otras economías con menores costes energéticos? ¿Es posible, al menos, adaptar me- jor la arquitectura industrial europea a los potenciales de cada Estado miembro en materia de generación de energía, garantizando al mismo tiempo la mayor auto- nomía posible en los distintos sectores? Hasta ahora, este debate no se ha abordado de manera estratégica, ni en Bruselas ni en los distintos países, y mucho menos entre ellos. Estas conversaciones no serán fáciles, pero son imprescindibles. La política europea de ayudas estatales ha funciona- do bien siempre y cuando no se destinase principalmente a la política industrial. Pero las condiciones del juego han cambiado: en el futuro, las ayudas deberán tener un componente estratégico mucho más fuerte. El futuro es circular La reestructuración de las economías europeas no con- siste solo en reducir las emisiones de CO 2 ; también es importante hacer un uso más consciente de los recursos naturales. Hasta ahora, la economía europea se carac- teriza por una estructura lineal y no circular, como es habitual en el capitalismo. En 2020, la proporción de materiales circulares utilizados en la UE (la llamada “tasa de circularidad”) alcanzaba solo el 12,8%. En torno al 13% de los recursos materiales utilizados en la UE pro- ceden de materiales reciclados. Por su parte, la economía circular se basa en un cambio de las pautas de producción y consumo. Los materiales y productos se comparten, alquilan, reutili- zan, reparan, reacondicionan y reciclan durante el mayor tiempo posible, lo que permite ampliar el ciclo de vida de los productos y minimizar la generación de residuos. Los recursos y materiales siguen generando valor, aunque el propio producto ya no pueda utilizarse. Solo el salto hacia una economía circular permite combinar la seguridad del suministro con la protección del medio ambiente. Los ciclos de materiales también reducen la dependencia de materias primas fundamen-
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