EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
La identidad europea y la nueva geopolítica 15 Oriente, pasando por el resto de los desafíos presentes o futuros– en la identidad europea y en la trayectoria comunitaria. La identidad europea El Tratado de Lisboa ha heredado literalmente de la Constitución Europea elaborada por la Convención (que en 2023 cumple los veinte años de su conclusión) una definición precisa de la identidad de la UE, expresada en valores, principios y objetivos, particularmente en lo relativo a sus relaciones internacionales. La Unión, reza el Tratado, se fundamenta en los valo- res de respeto a la dignidad humana, libertad, democra- cia, igualdad, Estado de derecho y respeto a los derechos humanos, y tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos. En sus relaciones con el resto del mundo –continúa, la Unión afirmará y promoverá sus valores e intereses, contri- buyendo a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible del planeta, la solidaridad y el respeto mutuo entre los pueblos, el comercio libre y justo, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos, así como al estricto respeto y desarrollo del Derecho Internacional, particular- mente de los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Algo que el Tratado concreta y desarrolla con ver- dadero detalle al abordar las disposiciones relativas a la política exterior: “La Unión procurará desarrollar relaciones y crear asociaciones con los terceros países y con las organiza- ciones internacionales, regionales o mundiales que com- partan los principios mencionados en el párrafo primero. Propiciará soluciones multilaterales a los problemas co- munes, en particular en el marco de las Naciones Unidas. La Unión definirá y ejecutará políticas comunes y acciones y se esforzará por lograr un alto grado de coo- peración en todos los ámbitos de las relaciones interna- cionales con el fin de: a) defender sus valores, intereses fundamentales, segu- ridad, independencia e integridad; b) consolidar y respaldar la democracia, el Estado de derecho, los derechos humanos y los principios del Derecho Internacional; c) mantener la paz, prevenir los conflictos y fortalecer la seguridad internacional, conforme a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, así como a los principios del Acta Final de Helsinki y a los objetivos de la Carta de París, incluidos los rela- cionados con las fronteras exteriores; d) apoyar el desarrollo sostenible en los planos eco- nómico, social y medioambiental de los países en desarrollo, con el objetivo fundamental de erradicar la pobreza; e) fomentar la integración de todos los países en la economía mundial, entre otras cosas mediante la supresión progresiva de los obstáculos al comercio internacional; f) contribuir a elaborar medidas internacionales de pro- tección y mejora de la calidad del medio ambiente y de la gestión sostenible de los recursos naturales mundiales, para lograr el desarrollo sostenible; g) ayudar a las poblaciones, países y regiones que se en- frenten a catástrofes naturales o de origen humano; y h) promover un sistema internacional basado en una cooperación multilateral sólida y en una buena go- bernanza mundial”. Complementariamente, el Tratado es también muy claro al definir la política común de seguridad y defensa y detallar las misiones que pueden llevarse a cabo fuera de la Unión: “La política común de seguridad y defensa forma parte integrante de la política exterior y de seguridad común. Ofrecerá a la Unión una capacidad operativa basada en medios civiles y militares. La Unión podrá re- currir a dichos medios en misiones fuera de la Unión que tengan por objetivo garantizar el mantenimiento de la paz, la prevención de conflictos y el fortalecimiento de la seguridad internacional, conforme a los principios de la Carta de las Naciones Unidas. La ejecución de estas tareas se apoyará en las capacidades proporcionadas por los Estados miembros”.
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