EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea

La defensa europea tras la guerra de Ucrania 57 como revulsivo en una triple dirección: crea un vacío de capacidades, al ser el ejército británico el más importante de la UE; desaparece el tradicional veto de este país al desarrollo de una defensa propiamente europea y los líderes europeos se sienten obligados a dar una señal de compromiso con el futuro político de la UE, papel en el que la defensa actúa como un potente símbolo (Guinea 2021:166). La Unión Europea de la Defensa que se pone en marcha entre 2016 y 2017 bascula en torno a tres pila- res diferentes: que han sido denominados como “pen- sar, comprar y actuar juntos” (Tocci 2018:135-137). El primer paso se da en noviembre de 2016, cuando la Comisión Europea elabora el Plan de Acción de la Defen- sa Europea (Comisión Europea 2016). Este documento hace un balance de los déficits de seguridad y defensa existentes, se fija como objetivo promover la eficiencia en el gasto militar de los EE. MM., se propone promo- ver la cooperación entre EE. MM. mediante incentivos financieros en investigación y desarrollo de capacidades y pone también el énfasis en reforzar la competitivi- dad y la innovación de la base industrial de la defensa. Consecuencia de este Plan de Acción, en 2018 se crea el Programa Europeo de Desarrollo Industrial en mate- ria de Defensa, que apunta a reforzar la investigación y el desarrollo en materia militar, apoyando esfuerzos colaborativos tanto de EE. MM. como de industrias con- cretas (Reglamento (UE) 2018/1092). Se quiere con él abordar uno de los déficits importantes de la defensa europea como es la falta de inversión pública en tec- nologías críticas y la consecuente brecha en innovación con otras regiones del mundo. Consecuencia de lo anterior, se decide poner en mar- cha un proyecto piloto para financiar con presupuesto comunitario los esfuerzos colaborativos en investigación en materia de defensa. Sería la Acción Preparatoria sobre Investigación en materia de Defensa, que perseguía tes- tar limitadamente algunos elementos de un futuro Fondo Europeo de Defensa (European Commission 2023a). La Acción Preparatoria se aplicó durante el bienio 2017- 19, siendo dotada con 90 millones de euros. Bajo esta iniciativa se han financiado 18 proyectos de investigación colaborativos, que han sido seleccionados en respuesta a tres convocatorias concretas. El Tribunal de Cuentas acaba de presentar recien- temente el informe valorativo de esta iniciativa prepa- ratoria (Tribunal de Cuentas 2023). Sostiene que como banco de pruebas su eficacia ha sido limitada. En lo que a nosotros nos importa —verificar la eficacia del progra- ma a través de la implicación de los EE. MM.— señala que las convocatorias han tenido un éxito desigual entre EE. MM. e industrias, habiendo alguna en la que apenas se han presentado consorcios. La participación queda claramente focalizada en los grandes EE. MM. de Europa Occidental, con fuertes industrias de defensa. Lidera así abrumadoramente Francia en coordinación de proyectos y en entidades públicas y privadas participantes, le sigue a distancia Italia, y con mucha mayor diferencia Alema- nia y España. Los Estados del Este y nórdicos no lideran ningún proyecto y sus entidades apenas participan en proyectos de esta iniciativa, luego no están interesados en inversiones conjuntas en defensa. Se detecta aquí un recelo de estos últimos EE. MM. hacia un proyecto que entienden que, al ser liderado por el eje francoalemán, promueve sus intereses en exclusiva. En 2021 ya con carácter permanente, dentro del actual Marco Financiero Plurianual, se creaba el Fondo Europeo de Defensa (FED), con la finalidad de cofinanciar los proyectos colaborativos de investigación y desarrollo entre varios EE. MM., así como la compra conjunta de equipos de defensa (Reglamento (UE) 2021/697). Los objetivos son abordar déficits en materia de capacidades, invertir en investigación, fortalecer una industria a escala europea y generar interoperabilidad entre las capacida- des militares de los EE. MM. Recibía ya una dotación considerable, llegando a los 7 953 millones de euros.Am- parándolo bajo la base jurídica de la política industrial, se rompen con el FED dos tabúes: la prohibición de financiar gastos militares con cargo al presupuesto comunitario y la notable influencia de la Comisión, vía aprobación de las convocatorias. El FED no altera el modelo de PCSD actual, en la medida en que los proyectos cofinanciados

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz