EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
La defensa europea tras la guerra de Ucrania 59 Estados cuentan con más recursos que destinar a estos proyectos, luego ostentan el liderazgo. En la propia evaluación institucional que se hace de la PESCO, vemos que los resultados son ambivalentes (Recomendación 2022/C433/02). El Consejo llama a que los EE. MM. pongan más empeño en cumplir los compro- misos en inversión nacional en defensa, en alineamiento de sus objetivos con las necesidades de la UE y en la par- ticipación en misiones y operaciones de PCSD. También se muestra preocupado porque un número limitado de proyectos no está cumpliendo con sus objetivos en los plazos establecidos, aunque subraya que la mayoría sí lo hacen. Se muestra esperanzado, además, en que el nuevo impulso político que está recibiendo la defensa desde 2022 como consecuencia de la guerra refuerce la vo- luntad de los EE. MM. y conduzca a mayores resultados. Finalmente, consecuencia de ese despertar, en junio de 2017, también se adoptaría por el Consejo Europeo la decisión de contar con un centro de mando de opera- ciones permanente, para dotar a la UE de capacidades estratégicas, la Capacidad Militar de Planificación y Con- ducción, primero activada para misiones civiles y mixtas, y después para pequeñas misiones ejecutivas, es decir, militares (Decisión (UE) 2017/971). Ya se han dirigido desde allí tres operaciones no ejecutivas: Somalia, Re- pública Centroafricana y Mali. Valorando su aportación, se ve que ha facilitado la transmisión de información y la adopción de decisiones políticas, pero que requiere de mayor dotación de personal y recursos (Reykers 2019). Este elemento es muy relevante y es la otra pieza que necesita la defensa común. No se podrán desplegar y utilizar las fuerzas nacionales en operaciones conjuntas si la UE no cuenta con las capacidades institucionales necesarias de mando y control, inteligencia, logística, administración y enseñanza. No solo esta decisión, sino también algunos proyectos PESCO van construyendo de manera agregada estas capacidades. Otra decisión del Consejo Europeo, no menos im- portante, sería la de financiar el despliegue de Battle- groups con cargo a recursos comunes (Consejo Europeo 2017:5). Este había sido el principal problema en el pasado, los batallones conformados por los EE. MM. y dispuestos para ser desplegados por la UE existían des- de 2007, pero nunca han sido utilizados. Ahora está en cuestión si este enfoque va a ser sustituido por la Fuerza de Despliegue Rápido. Desde 2016 también se pone en marcha una cooperación institucionalizada entre la UE y la OTAN, que ha llevado en este momento a tres decla- raciones conjuntas y a la puesta en marcha de un marco de diálogo político sólido y un número sustancioso de proyectos en materia de seguridad, yendo desde la mo- vilidad militar a la seguridad marítima o la ciberseguridad (EU-NATO 2022). Valorando esta etapa del despegue de la política de defensa europea, se percibe que los EE. MM. comienzan un camino de cooperación, priorizando las capacidades y los aspectos industriales, pero existen aún importantes diferencias entre ellos (Duke 2018), todavía se muestran muy reacios a pensar solo en clave europea y abandonar el enfoque soberano de la defensa. Como el propio Tri- bunal de Cuentas señala, son muchos los desafíos que perduran para conseguir que estas nuevas iniciativas tengan impacto en la capacidad de la UE de defenderse a sí misma (2019:6-7): un proceso eficaz de planificación al propio nivel de la UE, la participación efectiva de los EE. MM., el impacto sobre las necesidades de capaci- dad reales y el marco de gobernanza y de rendición de cuentas. Coincidimos con Katsoulis en que se han hecho importantes progresos desde el punto de vista institu- cional, pero no se invierte por parte de los EE. MM. en capacidades y no se detecta voluntad política entre los EE. MM. para actuar juntos (2022:102). Ese va a ser el siguiente objetivo, intentar conseguir que los EE. MM. vean como una prioridad la Unión de la Defensa y se comprometan efectivamente con su éxito, ya que son estos los “que constituyen la pieza central de la arquitectura de la defensa europea” (Tribunal de Cuen- tas, 2019:7). Desde que el Alto Representante Borrell tomara posesión de su mandato, va a plantearse como objetivo dar los pasos necesarios para asegurar la capaci- dad de actuación colectiva de la UE (Borrell 2023a:151). Detecta que uno de los principales problemas del fraca-
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