EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA 62 luchando contra la desinformación; (g) mejorar la dimen- sión de seguridad y defensa de las industrias y activi- dades espaciales; (h) acelerar la labor sobre movilidad militar en toda la UE. Analizando detalladamente el mandato de Versalles, se ve que no hay grandes innovaciones de modelo, sino que se construyen y refuerzan los principales elementos que ya apuntalan la PCSD con nuevos compromisos. Res- ponden todos ellos a esas demandas del entorno cam- biante que muestra la guerra y que hemos visto más arriba. Es relevante, en este sentido, que el formato de esta Cumbre no es un Consejo Europeo, es una reunión de los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, lo que señala que actúan más allá de las competencias de la UE y que se comprometen como ente solidario a abordar una serie de desafíos en común. El valor añadido de Versalles es una mayor voluntad política, causada por la guerra, que se manifiesta en que se concibe como un plan de acción, que prevé una revisión periódica de su estado de realización por parte del Consejo Europeo. Si a eso se le añade el incremento de gasto militar por la práctica totalidad de los EE. MM., la lectura política es el com- promiso de los líderes nacionales no solo de gastar más en equipamiento militar y de seguridad, sino de gastar en común, en proyectos compartidos para garantizar la interoperabilidad y, por tanto, la defensa común de la UE. La Agenda de Versalles hay que leerla en conjunto con la Brújula Estratégica, que se aprobaría por el Con- sejo, apenas dos semanas después (Consejo de la UE 2022). Hemos visto que responde a una lógica diferente y previa a la guerra, pero los objetivos confluyen. La Brújula, además de un diagnóstico común de amenazas y riesgos, incluye también un plan de acción, a realizar igualmente de aquí a 2030, con un conjunto de obje- tivos y medidas que se refieren de una manera global a seguridad y a defensa divididos en cuatro pilares. El primer pilar, “actuar”, pretende reforzar la respuesta de la UE a las crisis, proponiéndose cuatro grandes ob- jetivos: mejorar la gestión de crisis, incidiendo en los mandatos, la decisión, la financiación y buscando mayor coherencia; desarrollar una Capacidad de Despliegue Rápido de 5 000 efectivos; generar capacidades propias para la gestión civil de crisis y fortalecer las estructuras de mando y control, la movilidad militar y los ejercicios conjuntos. El segundo pilar, “asegurar”, se proponer tra- bajar en la resiliencia a través de mejorar la habilidad de anticipación para asegurarnos un entorno seguro. Dentro de él los objetivos son: reforzar las capacida- des de inteligencia; crear una “caja de herramientas” híbridas para responder a amenazas de este tipo, con especial énfasis en la desinformación; y fortalecer las dimensiones cíber, de seguridad marítima y de espacio. En el tercer pilar, llamado “invertir”, es donde encon- tramos mayor confluencia con la Agenda de Versalles. Se busca gastar más y mejor para mejorar las capa- cidades operativas; desarrollar capacidades de última generación; y utilizar la PESCO y el FED para desarrollar capacidades críticas de manera cooperativa e invertir en innovación. El cuarto y último pilar, “asociaciones”, se propone reforzar la cooperación estratégica con la OTAN, la ONU y otras organizaciones regionales; desa- rrollar asociaciones bilaterales con países con valores y principios similares y, finalmente, promover un Foro de Asociación en Seguridad y Defensa con todos los socios. Al analizar la Brújula nos surgen una serie de con- sideraciones. En primer lugar, se centra más en una visión amplia de la seguridad, aunque hay elementos específicos de defensa. Parece que no encierra una gran innovación en materia de PCSD, dado que hay muchos elementos en los que ya se estaba trabajando previa- mente. No es, por tanto, un compromiso aislado, sino que se integra perfectamente en todo el desarrollo de PCSD y es perfectamente compatible con la Agenda de Versalles. Las innovaciones pueden ser relevantes, sobre todo las que apuntan a capacidades propias de la UE y su utilización, como la Capacidad de Despliegue Rápida o la mejora de las estructuras institucionales, como la de inteligencia o la de mando o control. Sin embargo, en que no se salte a otro modelo está su valor añadido, buscando comprometer efectivamente a la totalidad de los EE. MM. con su consecución. Y aquí la evaluación de su implementación va a resultar clave. No obstante,

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz