EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
La defensa europea tras la guerra de Ucrania 63 tenemos que seguir señalando que, aunque se alude va- rias veces a la “solidaridad y asistencia mutua” prevista por el artículo 42.7 (Consejo de la UE 2022:2), no se plantea su desarrollo normativo ni su operatividad, luego no aborda el desafío de la defensa territorial de la UE, cuestión que se sigue dejando a la OTAN. Realizaciones en el primer año de respuesta común a la guerra: un cambio de paradigma La invasión rusa de Ucrania hace que los EE. MM. cam- bien sus políticas nacionales de defensa. La nueva agenda estratégica parece también mostrar una voluntad política clara de desarrollar una política común en el seno de la UE para delegar crecientemente a esta organización “la defensa de sus ciudadanos y de la Unión” (Consejo de la UE 2022:5). Sin embargo, en los esfuerzos para cons- truir una defensa común hemos constatado demasiadas veces la realidad de la tesis del capabilities-expectations gap (Hill 1993). Esto es, la multitud de documentos y declaraciones asumiendo objetivos y las pocas realiza- ciones efectivas, debido a la falta de voluntad política y de implicación de los EE. MM. Queremos preguntarnos aquí, valorando los desarrollos en los dieciséis meses transcurridos, si la guerra ha tenido un impacto efectivo en los EE. MM. y si, efectivamente, se está trabajando en alcanzar los objetivos de Versalles y la Brújula. La primera constatación es que la utilización por parte de la UE de instrumentos de la PCSD para apo- yar militarmente a Ucrania ya supone una innovación dentro de esta política. Nunca con anterioridad la UE se había planeado, ni de lejos, utilizar medios de la PCSD para apoyar a una de las partes en un conflicto interestatal. Así, el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) se crea en 2021 con la finalidad de financiar los gastos comunes de las operaciones de gestión de crisis de la UE y medidas de asistencia a terceros, Esta- dos y organizaciones internacionales, para reforzar sus capacidades y/u operaciones de gestión de crisis (Deci- sión (PESC) 2021/509). Ha sido reformado y redotado para financiar la donación de material militar, equipos y plataformas, incluso letales a Ucrania (Decisión (PESC) 2022/338). El Alto Representante anunciaba recien- temente la decisión del Consejo de elevar hasta los 10 000 millones de euros la dotación de este Fondo para apoyar a Ucrania (Borrell 2023c). Dada la necesidad que tiene el Gobierno ucraniano de contar con material militar urgentemente, este dinero va destinado a los EE. MM. que cedan material proce- dente de sus propios arsenales a Ucrania. Los primeros y principales proveedores han sido los Estados del Este, que contaban con stocks de armamento soviético y ruso que los ucranianos ya sabían manejar. El efecto de esta medida está siendo que los principales beneficiarios del Fondo están siendo los Estados del Este, y está permi- tiendo una renovación y modernización de sus equipos y materiales militares (Gros-Verheyde 2023). Así que un efecto indirecto del apoyo militar a Ucrania por parte de la UE paradójicamente está siendo una modernización de las capacidades militares de los EE. MM., luego está contribuyendo a una mejora de las capacidades para una defensa común. La dirección deseable, además, sería que se gastara ese dinero en material europeo e interopera- ble, pero todavía no tenemos constancia de qué encargos están haciendo los EE. MM. La segunda medida innovadora es la puesta en marcha de la operación de ¿gestión de crisis? EUMAM Ucrania, con la finalidad de formar y entrenar por parte de los EE. MM. participantes a miembros del ejército ucraniano para mejorar sus técnicas de combate (Deci- sión (PESC) 2022/1968). No solo es la primera vez que se crea una operación para apoyar militarmente a una parte beligerante, aunque amparada por el principio de la legítima defensa, sino que también es la primera vez que se desarrolla en el territorio de los propios EE. MM. y no en el exterior. En mayo de 2023, el Alto Representante Borrell daba cuenta de que ya se habían entrenado a 20 000 soldados y que esperaba que para final del año 2023 hayan sido un total de 30 000, el doble de lo ini- cialmente planteado, lo que le lleva a considerar la misión un “extraordinario éxito” (Borrell 2023c). La utilización
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