EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea

La defensa europea tras la guerra de Ucrania 67 por la difícil relación con la OTAN, aunque ahora vivamos una fase de convivencia pacífica. Los desarrollos del último año muestran que el modelo de PCSD existente, que apuesta por la coordinación y el enfoque cooperativo para garantizar la interoperabilidad de las capacidades nacionales, la inversión común, el apoyo a la innovación y a la industria, no se abandona. Al revés, se refuerza a través de las compras conjuntas y de la inversión directa para el reforzamiento de la capacidad industrial eu- ropea. Aunque también se apuesta por el fortalecimiento de capacidades propias de la UE, en inteligencia, dirección de operaciones, etc., aunque todavía de manera tímida. No se ha optado, a pesar de las declaraciones grandilocuentes de algunos líderes, por construir un ejército europeo. Aun cuando el modelo es el mismo, sí existe un cambio de paradigma, que consiste en superar de facto el enfoque puramente intergubernamental para pasar a utilizar todas las ventajas de la actuación en común. Se encarga así a la Comisión Europea, con el apoyo de las instituciones intergubernamentales —EDA y SEAE—, que lidere la política común, los programas y proyectos se acogen a la base jurídica de industria y se aprueban me- diante el procedimiento legislativo como Reglamentos, y se utiliza el presupuesto comunitario para financiar los diferentes instrumentos. Los EE. MM. demuestran aquí que priman la eficacia sobre la soberanía. La defensa por la vía de los hechos está dejando de ser una política intergubernamental para cumplir crecientemente con las características de una política comunitaria. La guerra también encierra una lección de realidad y de humildad. Nos ha hecho comprobar que las ca- pacidades con que los europeos cuentan a día de hoy, por sí solas, no permiten la autonomía estratégica y la defensa de Europa. Como sostiene Ayala, una de las lecciones que ha de aprender la UE de la guerra es que “es imprescindible crear una Europa de la Defensa que permita garantizar en condiciones normales la seguridad de los europeos contra cualquier agresión o coacción” (2022:87). Aunque no tenemos más remedio que seguir confiando en la OTAN para la disuasión y defensa colec- tiva en un reconocimiento de impotencia, a largo plazo el compromiso estadounidense con la defensa de Europa no está asegurado, por lo que hay que seguir trabajando en conseguir la autonomía estratégica. Más allá de la guerra de Ucrania, las amenazas y pro- blemas de seguridad del entorno internacional no dejan de crecer. Los EE. MM. individualmente considerados son demasiado pequeños para hacerles frente por separado. La protección de la seguridad y los intereses de los europeos solo puede hacerse de manera cooperativa. Es hora, por tanto, de olvidar las pasadas dinámicas de declaraciones grandilocuentes y seguir centrándose en ofrecer resulta- dos, reforzando la tendencia de este último año. La pelota está en el tejado de los EE. MM., que eligen libremente los recursos que destinan y si participan o no en los proyectos colaborativos bajo el paraguas de la Unión. Parece que la guerra ha arrojado una nueva voluntad de acción en co- mún, pero, para tener éxito, el impulso ha de ser sostenido a lo largo de las próximas décadas. El dilema es más acu- ciante y crudo que nunca: aferrarse a las viejas soberanías o trabajar juntos para tener capacidad de actuar. Recomendaciones de acción − Ucrania es una pieza clave de la seguridad europea, sostener el apoyo militar a nuestro socio por el tiem- po que sea necesario. − Seguir trabajando de manera proactiva en un con- senso entre todos los EE. MM. para diseñar y cons- truir una PCSD inclusiva, que responda a las visiones e intereses de todos y donde no se sospeche de los liderazgos de determinados EE. MM. − Sostener la voluntad política de los Estados miembros para seguir implementando los compromisos deVersa- lles y la Brújula, en inversión cooperativa en capacida- des y en innovación, lo que supone mantener un gasto sustancial en defensa más allá del conflicto, dada la urgencia de contar con una autonomía estratégica europea, para defender a la UE y a sus ciudadanos. − Dado el robustecimiento de la PCSD, diseñar meca- nismos para fortalecer la rendición de cuentas de-

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