EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
Cinco años del pilar europeo de derechos sociales 87 objetivo social. Los avances en la aplicación del PEDS se evaluarán en la revisión intermedia de 2025. Con el Semestre Europeo ya existía un proceso con- solidado para la gobernanza “blanda”, que podía am- pliarse a la coordinación de las políticas sociales. Con el fin de hacer operativo el PEDS en el ciclo anual de coor- dinación, se le dotó, en 2017, de un cuadro de indicado- res sociales.Actualmente, hay 17 indicadores principales (inicialmente 14), que se complementan con otros subin- dicadores, y constituyen el marco de referencia para que la Comisión pueda medir el progreso social. El cuadro de indicadores está articulado en torno a los tres capítulos del PEDS. Tras una revisión realizada en 2021, 18 de los 20 principios están ya cubiertos por indicadores. Mientras que la Comisión incorporó inmediatamente referencias al PEDS en el Semestre Europeo 2017/18 en todos sus informes y sus recomendaciones, los Estados miembros respondieron con cautela. En los Planes Nacionales de Reforma (PNR) que presentaron a Bruselas en la prima- vera de 2018, 16 de ellos no mencionan en absoluto el nuevo instrumento; solo cuatro Gobiernos trataron los principios e indicadores individuales con más detalle y los relacionaron con el desarrollo social en sus propios países (Hacker, 2019). Uso del PEDS durante la pandemia El PEDS se enfrentó a su primer desafío en 2020, con la pandemia del coronavirus, que exigió coordinar las políticas sanitarias a escala europea. Se trataba, sobre todo, de reaccionar ante las consecuencias económi- cas de los confinamientos. En una decisión inédita de marzo de 2020, el Consejo activó la cláusula general de salvaguardia del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, dejando así a los Estados miembros vía libre en términos presupuestarios para adoptar las políticas necesarias. El paquete de medidas NextGenerationEU (NGUE) se alejó nítidamente del rumbo adoptado en la crisis del euro, que ponía el foco en la responsabilidad individual de los Esta- dos miembros y priorizaba las medidas de austeridad. En este caso, la UE se decantó por la innovación absoluta: el endeudamiento comunitario permite aportar un total de 750 000 millones de euros en transferencias financieras y préstamos, que se asignan a los Estados miembros a través del recién creado Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), también según criterios de impacto socioeconómico. La condición clave para recibir dinero del MRR es la aprobación de un Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR), en coordinación con la Comisión, que contemple inversiones y reformas hasta 2026. Aunque es obligatorio actuar en los ámbitos del cambio climá- tico y la digitalización, el PRR también tiene que cubrir las áreas de cohesión social, sanidad, educación y res- iliencia social. De esta forma, en el desembolso de los fondos asignados, la UE combina las medidas procíclicas con estructurales. El Semestre Europeo se eligió como instrumento de coordinación de esta ayuda financiera excepcional. Las consecuencias sociales de la recesión económica de 2020 no tardaron en hacerse visibles y rápidamente se pusieron de manifiesto qué grupos de población son especialmente vulnerables (Comisión Europea, 2020). Entre ellos se encuentran los niños y adolescentes (a causa del cierre de guarderías y escuelas), las familias monoparentales (a causa de la necesidad de hacer la escuela en casa), las mujeres (debido al número despro- porcionado de tareas de crianza y cuidado de los hijos que se les asigna, así como a su proporción a menudo elevada de empleo a tiempo parcial), las personas con discapacidad (debido a su integración a menudo insu- ficiente en el mercado laboral), las personas de origen inmigrante y las personas con un bajo nivel educativo (a causa de situaciones laborales a menudo precarias, un equipamiento digital deficiente o la falta de cualificacio- nes) y los autónomos (que cuentan con una protección suficiente a través de la seguridad social). En la Cumbre Social celebrada en Oporto los días 7 y 8 de mayo de 2021, la UE redobló sus esfuerzos por tener en cuenta la dimensión social de la pandemia y, al mismo tiempo, dirigió su atención hacia los nuevos retos sociales de la doble transformación ecológica y digital.
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