EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA. Ante una nueva legislatura europea
Introducción 9 Una de las consecuencias de la (no) política migratoria de la UE es la catastrófica cifra de muertos en el Mediterráneo, que se ha convertido en un siniestro cementerio para muchos que quieren moverse hacia Europa desde el continente africano. La UE ha sido incapaz de crear una estructura jurídica que facilite la migración legal en esa dirección, y que permita la aplicación real de la Convención sobre el Estatuto de los refugiados. Los países mediterráneos tienen una carga desproporcionada al respecto, comparado con los países del norte y este de Europa, que exhiben actitudes duras, que se van a agravar ante el ascenso de partidos de ultraderecha y su entrada en gobiernos europeos. La ampliación de la UE hacia los Balcanes Occidentales, espoleada por la situación en Ucrania, y pensada para Moldavia, es otra de las cuestiones que se debatirán durante la Presidencia española. La decisión sobre la ampliación tendrá un efecto institucional evidente. Una Unión a 33, o más, sería inviable si se mantuviese el voto por unanimidad en asuntos tan estratégicos como la política exterior, la seguridad y defensa o la armonización fiscal. Un ejemplo de tal dilema institucional es la distinta posición que encontramos entre los 27 en relación con China e incluso respecto a EE. UU. y la autonomía de la Unión. Actualmente hay cuatro países candidatos de la región (Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia) y otros dos potenciales candidatos (Kosovo y Bosnia- Herzegovina). Los tres primeros apoyan la integración de Ucrania en la UE. No es casualidad que los tres pertenezcan a la Alianza Atlántica. El retorno del proceso de ampliación de la UE es, así, una señal a Rusia y China. La integración de Balcanes Occidentales en la Unión con el desarrollo político, económico y social que ello podría implicar, es algo que Rusia y China no están en condiciones de ofrecer a los ciudadanos balcánicos. La lucha contra el cambio climático es sin duda uno de los desafíos más grandes a los que se enfrenta la UE. La profunda interconexión de las reformas políticas necesarias para hacer frente al cambio climático y sus consecuencias aumenta la magnitud del reto. No se trata solo de hacer unos cuantos ajustes sueltos: las políticas energética y climática están estrechamente ligadas a la política industrial y económica europeas, e incluso al propio futuro de las empresas europeas. Puede que este vínculo entre energía, clima, industria y economía sea el más visible. Sin embargo, la política de seguridad, la política comercial, la política de desarrollo y la política fiscal y tributaria también están vinculadas a la política energética y climática. Europa necesita un enfoque nuevo y global para generalizar la transformación climática. Hay más retos. Según una encuesta del Pew Reserch Center, las mayores amenazas que la gente siente a nivel supranacional son los ciberataques y la desinformación. Estas preocupaciones deben tomarse en serio. Hay que seguir protegiendo la seguridad y los derechos de los ciudadanos europeos. Y la UE también debe seguir desarrollándose como democracia. La ciudadanía europea tiene una importante oportunidad de decidir el rumbo de la UE con su voto en junio de 2024.
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