Patología Neurológica Infantil durante el confinamiento. Guía para familias

14 Las convulsiones febriles son episodios de aparición brusca en los que el niño pierde la conciencia y realiza movimientos anormales. Ocurren en niños entre 6 meses y 6 años y se desencadenan por una respuesta inmadura del cerebro a la fiebre. Suelen ocurrir en las primeras 24 horas de la fiebre, habitualmente coincidiendo con un ascenso brusco de la temperatura. A pesar de que se asemejan mucho a las crisis epilépticas, la causa es diferente, y la evolución suele ser buena, tanto a corto como a largo plazo. Sí, como cualquier infección respiratoria, el coronavirus podría desencadenar convulsiones febriles en los casos en los que produzca fiebre. Sin embargo, no se ha descrito que sean frecuentes ni tienen mayor gravedad que las producidas por otras causas. • Mantener la calma. • Apartar todos los objetos que le puedan dañar. Aflojar la ropa y retira todos los accesorios que le impidan respirar (bufandas, bolsos, mochila…). • Tumbarle de lado (mejor sobre el lado izquierdo), en posición de seguridad. • Colocar si es preciso algo debajo de la cabeza. • Nunca se debe meter nada en la boca. • Controlar el tiempo. • Pedir ayuda. • Si ya ha tenido alguna convulsión febril y lo tiene prescrito por su médico, puede administrar diazepam rectal si la convulsión no cede pasados 2-3 minutos. • Cuando sea la primera convulsión febril. • Si es menor de 1 año o mayor de 6 años. • Si no está claro el origen de la fiebre. • Si la crisis no cede en 2-3 minutos, en caso de haber administrado diazepam rectal, o si no hemos tenido la posibilidad de administrárselo y dura más de ese tiempo. • Si la convulsión se repite dentro del mismo cuadro febril. • Si el niño no se recupera bien y quedan síntomas (no recupera del todo la conciencia, parálisis de algún miembro, sigue adormilado, decaído o irritable…). Las convulsiones febriles tienen buen pronóstico, desaparecen con la edad y, en la mayoría de los casos, no precisarán la realización de ningún tratamiento. Sí es recomendable derivar al neuropediatra en el caso de que presente múltiples crisis febriles, sean muy prolongadas, ocurran con poca fiebre o si aparecen en periodo de lactante. En este caso será el pediatra del centro de salud el que realice la derivación. Si ya ha sido valorado y se encuentra en seguimiento por Neuropediatría, sería recomendable contactar con su neuropediatra. No. El tratamiento de la fiebre debe ser el mismo que en cualquier otro niño, ya que los antitérmicos no van a ser útiles para evitar la convulsión y su abuso puede producir intoxicaciones. En algunos casos, su neuropediatra puede pautar un tratamiento antiepiléptico para prevenir las convulsiones febriles. Este trata- miento solo se pauta cuando las crisis son muy frecuentes, muy prolongadas o si existe una dificultad para el manejo por parte de los padres. Aunque la presencia de convulsiones febriles puede asustar mucho, suelen ser producidas por infecciones leves y no tienen repercu- sión a nivel neurológico en el niño. La infección por coronavirus puede producir convulsiones febriles, pero que no revierten mayor gravedad que el resto de los virus respiratorios y precisan el mismo tratamiento.

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