Patología Neurológica Infantil durante el confinamiento. Guía para familias

5 El coronavirus SARS-Cov2, causante de la pandemia que estamos viviendo actualmente, es un virus respiratorio cuyo reservorio original era el murciélago, pero ha conseguido pasar a la especie humana probablemente a través de un vector intermedio que es el pangolín. El primer paciente se diagnosticó a principios de diciembre de 2019 en China, pero desde entonces se ha extendido por prácticamente todo el mundo. Por motivos que se desconocen, afecta de manera muy preferente a adultos, y solo el 1-2 por ciento de los afectados son niños. Se cree que en muchos casos los niños con infección por coronavirus pueden ser asintomáticos, pero se desconoce actual- mente el papel que pueden tener los niños en la transmisión de la enfermedad. A pesar de ser menos frecuente en niños, y que la mayoría de los casos han sido leves, también se han descrito complicaciones en niños previamente sanos, por lo que es importante que los niños mantengan unas medidas adecuadas y prevención y saber identificar los síntomas de la enfermedad. La infección por coronavirus en niños puede ser asintomática, o presentar los síntomas característicos de fiebre, tos seca y dificultad respiratoria. Algunos niños pueden presentar síntomas gastrointestinales, como molestias o dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea. A pesar de que la mayoría de los casos son leves, se han descrito también niños con complicaciones respiratorias o digestivas que han precisado ingreso en una unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP). Especialmente vulnerables son los niños con otras enfer- medades de base, entre otras las neurológicas (miopatías, parálisis cerebral infantil [PCI], metabolopatías, niños en tratamiento con corticoides o inmunosupresores…). Además, poco a poco se van describiendo otros cuadros clínicos con afectación neurológica, car- diaca o renal, por lo que debemos ser cautos y no subestimar la repercusión de la infección por coronavirus en los niños. Dada la importancia que tiene la afectación respiratoria, en muchos casos han pasado desapercibido otros síntomas, entre ellos los neurológicos. Sin embargo, poco a poco vamos conociendo más sobre otras alteraciones asociadas, y que en ocasiones parece que pueden ser la única manifestación. Los síntomas neurológicos más frecuentemente descritos son la cefalea y los dolores musculares (mialgias). Recientemente se ha descrito la alteración del olfato y del gusto como un síntoma característico de la infección por coronavirus. Otras alteraciones neurológicas descritas en adultos son mareos, cuadros confusionales o inestabilidad. En pacientes adultos ingresados en unidades de cuidados intensivos (UCI) también se han descrito agitación, alteraciones a nivel medular, ictus y trombosis de senos cerebrales, crisis epilépticas, encefalitis y encefalomielitis. La afectación de los nervios periféricos también aparece descrita en adultos en forma de enfermedad de Guillain-Barré (enfermedad en la que se desarrolla una debilidad progresiva de inicio en miembros inferiores) o Miller Fisher (variante de la enfermedad anterior con afectación de la movilidad ocular), y se cree que puede haber también asociación con cuadros de parálisis facial periférica. Como puede verse, la infección por el coronavirus SARS-Cov-2 puede producir un amplio espectro de manifestaciones neurológicas que poco a poco vamos a poder ir definiendo y conociendo. En el contexto actual debemos sospechar infección por dicho coronavirus en caso de sintomatología neurológica de aparición reciente. Las medidas de prevención para evitar la infección por coronavirus han sido ampliamente difundidas, pero se resumen en lo siguiente: • Distanciamiento social: evitar contactos entre personas fuera del ámbito familiar. Si el contacto es imprescindible, mantener una distancia de seguridad de 2 metros. Es especialmente importante permanecer en el domicilio si se presentan síntomas sugerentes de infección por coronavirus, excepto que lo precise para acudir a un centro sanitario. • Lavado de manos frecuente, durante 40-60 segundos, con agua y jabón. También pueden ser útiles las soluciones hidroal- cohólicas cuando no pueda usarse el agua y jabón. Utilización de mascarillas: la recomendación sobre el uso de mascarillas va cambiando continuamente, pero parece prudente reco- mendarla siempre que se establezca contacto con otras personas fuera del ámbito familiar, especialmente si se trata de personas de riesgo por su patología de base.

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