LIBRO + ANEXOS INFECTOLOGÍA PEDIÁTRICA
Infectología Pediátrica ❚ 13 En concreto, se establecen como imprescindibles la disponibilidad de una sala de hospitalización pro- pia, con un mínimo de 5-10 camas propias o compartidas como consultoría y un área de consultas ex- ternas. El médico residente dispondrá de espacio físico que le permita independencia suficiente para el estudio y el trabajo personal. La unidad docente dispondrá de un equipamiento adecuado para el desarrollo de la actividad asistencial en enfermedades infecciosas. La unidad docente debe disponer de medios suficientes para la docencia como equipamiento para realizar presentaciones en público, ordenadores personales con conexión a Internet y acceso a bibliotecas electrónicas. Organización y gestión de la unidad docente El futuro especialista en enfermedades infecciosas debe integrarse en una unidad docente, no sola- mente capacitada para transmitir conocimientos, habilidades y actitudes, sino que además ofrezca una organización suficiente que le garanticen una estabilidad y planificación del trabajo durante su periodo de formación. La unidad docente debe acreditar una actividad asistencial suficiente para garantizar una experiencia adecuada al residente durante su formación. A modo orientativo, sugerimos los parámetros mínimos de actividad de una unidad docente en enfermedades infecciosas. En el área de hospitalización: 200- 300 ingresos por año; área de interconsultas: 50-100 o más pacientes por año; consultas externas espe- cíficas de enfermedades infecciosas: 200 pacientes nuevos al año, y pacientes con infección por el VIH: al menos 20 pacientes en seguimiento activo. La unidad docente debe garantizar un programa de actividades docentes periódicas que incluirá como mínimo dos sesiones docentes semanales, incluyendo clínicas, bibliográficas y monográficas periódi- cas. El residente debe participar activamente en esas sesiones, parte de las cuales deben estar adap- tadas a sus necesidades de formación. La unidad docente debe asegurar la disponibilidad de tiempo y recursos suficientes para que el residente y los propios médicos de plantilla acudan a cursos, reunio- nes y congresos de nivel y solvencia reconocidos. El residente en formación deberá poder desarrollar habilidades y recursos para ser capaz, no solo de interpretar correctamente la investigación biomédica, sino también de llevar a cabo trabajos de investigación por sí mismo. Por tanto, es imprescindible que esté definida, al menos, una línea de in- vestigación estable en la unidad docente, y que la unidad organice como mínimo un curso o master de Infectología Pediátrica al año. Al final del año el residente debe haber publicado algún trabajo en una revista o haber iniciado la tesis. En todos los centros habrá una persona de contacto que organice las rotaciones y la docencia. La pre- sencia de un tutor responsable en cada centro es imprescindible. El tutor deberá evaluar al residente y se podrán incluir comentarios acerca del desarrollo del programa (dificultades, mejorías a realizar…). En SEIP el comité de Formación examinará anualmente como ha ido la formación en cada centro me- diante la memoria aportada por el médico residente. Periódicamente se cuelgan en la web los centros y los responsables y la ficha de evaluación de cada centro. Para la acreditación se publicará en la web de la SEIP un documento a cumplimentar por las unidades que deseen ser acreditadas y se valorarán las características de cada centro por el comité. En este punto se será estricto y no se acreditarán centros que no cumplan los requisitos. La Junta Directiva de la SEIP dará el último visto bueno a la decisión del comité.
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