LIBRO + ANEXOS MEDICINA INTENSIVA PEDIÁTRICA

1. DATOS IDENTIFICATIVOS 1.1. DENOMINACIÓN DEL ÁREA ESPECÍFICA MEDICINA INTENSIVA PEDIÁTRICA 1.2. HISTORIA DE LA ESPECIALIDAD PEDIÁTRICA Las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos fueron definidas en 1983 como “unidades hospitalarias que proporcionan tratamiento a pacientes pediátricos con enfermedades de naturaleza potencialmente letal incluyendo aquellos con condiciones altamente inestables y que requieren de un sofisticado tra- tamiento médico o quirúrgico”. Médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud trabajan de forma coordinada y colaborativa durante las 24 horas del día en la monitorización, diagnóstico, soporte de las funciones vitales, así como el tratamiento de las enfermedades subyacentes. Los Cuidados Intensivos Pediátricos llevan implantados en los hospitales españoles de tercer nivel desde hace más de 45 años. Es una realidad clínica, asistencial y social. Al inicio, los médicos dedicados a esta especialidad surgieron de la Pediatría con dedicación parcial o exclusiva. Pero la progresiva complejidad de los pacientes obliga a una formación teórico-práctica diri- gida, que excede las posibilidades del pediatra general. El manejo del paciente crítico pediátrico requiere por parte del especialista del dominio de un conjunto de habilidades diagnósticas y terapéuticas y un entrenamiento técnico específico, creando la necesidad de una especialidad independiente y reconocida. En la actualidad son más de 600 el número de profesionales que se dedican a esta actividad. De ellos, una mayoría están acreditados para la práctica de la Medicina Intensiva Pediátrica, según los criterios de la Sociedad Española de Cuidados intensivos pediátricos (SECIP) y de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Los criterios de acreditación de la SECIP se recogen en la página Web de la Sociedad ( https://secip.com ) . La SECIP ha desarrollado la solicitud para la creación del Diploma de Acreditación en Medicina Inten- siva Pediátrica, en el que se recogen los criterios de temporalidad (años de formación y asistencia) y de calidad (unidades de nivel II y III) especificando los requisitos teóricos, técnicos y de investigación, así como la importancia de registrar y acreditar estos datos. Este diploma integra la formación específica que todo intensivista pediátrico debería cumplir para asistir a estos pacientes y es la base del plan español de formación del Intensivista pediátrico. En 1990 el Estado español aprobó y ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño y en el artículo 24 “1. Reconoce el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud y se esforzará por asegurar que ningún Medicina Intensiva Pediátrica

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