Tiene el lector en sus manos veinte relatos -¿o quizás veinte novelas cortas?- auténticos, biográficos, autobiográficos, en los que se mezclan y confunden el humor y el drama más desgarrado en la sociedad rural de los años cuarenta y cincuenta, en Sierra Morena de El Hoyo, Ciudad Real, y Andújar, Jaén. Y de tal manera se mezclan que el autor, partiendo de la realidad vivida, su realidad, nos hace reír en una página y llorar en la siguiente; tal vez incluso en la misma.
Un texto profundamente realista en el que la caza sirve de disculpa narrativa para dar vida a hechos y personajes que ya sólo podemos contemplar en viejos daguerrotipos. En el fondo -a medio camino entre los “Santos Inocentes” y “Padre Padrone”-, de lo que se trata aquí es de la lucha por la supervivencia de unos hombres en circunstancias claramente hostiles, pero que, sin embargo, ellos aceptan de buen grado, sin rebelarse, porque forman parte de su ser, de su misma existencia.