La caza que nos parió 2ª edición

La caza que nos parió 17 Ambas manifestaciones consiguieron algún que otro ti- tular en los grandes medios de comunicación, sobre todo por los incidentes entre partidarios y detractores que se registraron en la de Londres, con algún herido sin importancia, lo que fue jugosamente exprimido por los tabloides que viven del morbo y la especulación en la Gran Bretaña. En la de Madrid, varios animalistas disfrazados de zorros se introdujeron en la mani- festación con pancartas contrarias a la caza, pero la cosa no fue a mayores y fueron desalojados al poco tiempo por la policía. Intenté asistir a la manifestación de Madrid, pero solo pude llegar a ver la cola, cuando toda la gente se dirigía ya a la feria de caza FICAAR & JEEP (ahora denominada Cinegéti- ca), el mayor evento de este tipo en nuestro país. Tras una pe- queña confusión para llegar al sitio, me adentré en dicha feria, de la que había visto y oído mucho, pero que nunca antes ha- bía podido visitar. En aquellos años España vivía aún en la abundancia por la industria del ladrillo; y la caza, como actividad económica, estaba en pleno esplendor. La feria se organizaba en pabello- nes y, dentro de estos, en plantas dedicadas a distintos produc- tos o temáticas. En una de ellas podías encontrar los expositores de las Administraciones, que gestionan importantes reservas de caza, incluyendo a especies tan míticas como la cabra montés, el rebeco (sarrio), el ciervo e incluso el lobo 2 , especies que susci- tan mucho interés entre los cazadores nacionales y extranje- ros. En otra planta se encontraban todos los productos y com- plementos que puedes imaginar relacionados con la caza: armas y óptica (es decir, visores, prismáticos y otras lentes), 2  El lobo es especie protegida desde septiembre de 2021 y ya no puede cazarse (aunque sí controlarse).

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