Cuentos para crecer por dentro

-Toca muchas notas -susurró Bongo Bombo, mirando al suelo-, yo solo una. -¡Igual que yo! -contestó Maca Maraca-. Escucha la mía: “¡Chas!”; ahora tú. -La mía no es nada del otro mundo… ¡Bom! -Genial, sigue así, hazlo otra vez y ya verás.

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