CINE Y PEDIATRIA 4

cine y pediatría 4 165 valentía de plantearnos un tema candente en la actualidad: la influencia de la televisión (y de los videojuegos) en la creciente violencia infantil.  Sea como sea, para bien o para mal, esta coproducción hispano-italiana no dejará indiferentes a casi nadie. Quizás algo sensacionalista, quizás algo errática o manipuladora, pero para nada olvidable.  De mayor quiero ser soldado  es una  película con un director español  (el catalán Christian Molina en su tercer largometraje, después de que en el año 2008 se atreviera con Diario de una ninfómana , basada en el aclamado best-seller de Valérie Tasso)  y con actores extranjeros  (especial relevancia en los papeles secundarios de tres figuras icónicas, como Danny Glover, el sempiterno compañero de Mel Gibson en la serie de  Arma letal , Robert Englund, el Freddy Krueger de toda la vida, y Valeria Marinia, la Bámbola de Bigas Luna). Con ello se repite la fórmula, más o menos acertadas, de otros directores españoles que han trabajado con actores extranjeros, como Isabel Coixet ( Cosas que nunca te dije , 1996; A los que aman , 1998; Mi vida sin mí , 2003;  La vida secreta de las palabras , 2005;  Elegy , 2008; Mapa de los sonidos de Tokyo , 2009), Alejandro Amenábar ( Los otros , 2001; Ágora , 2009), Rodrigo Cortés ( Enterrado , 2010;  Luces rojas , 2012), Luis Berdejo ( La otra hija , 2009), Juan Carlos Fresnadillo ( Intruders , 2011) o Gustavo Ron ( Vivir para siempre , 2010 [Cine y Pediatría 45]).

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