CINE Y PEDIATRIA 4
cine y pediatría 4 179 Porque hay películas en que la música clásica es un actor o actriz más… Quién no recuerda los siguientes: “Peer Gynt” de Edvard Grieg en El vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931), “Concierto n.º 2 para piano” de Rachmaninoff en La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955), “Así habló Zarathustra” de Strauss en 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968), “Sinfonía n.º 5 en do menor” de Gustav Mahler en Muerte en Venecia (Luchino Visconti, 1971), “Aria de la suite n.º 3” de J.S. Bach en El enigma de Kaspar Hauser (Werner Herzog, 1974), “Trío con piano n.º 2” de Schubert en Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975), “Vals n.º 3, Op. 15” de Chopin en El cazador (Michael Cimino, 1978), “Cavalleria rusticana” de Pietro Mascagni en Toro salvaje (Martin Scorsese, 1980), “Carmina Burana” de Carl Orff y otras obras wagnerianas en Excalibur (John Boorman, 1981), “Canon en re mayor” de Johann Pachelbel en Gente corriente (Robert Redford, 1980), el adagio del “Concierto para clarinete” de Mozart en Memorias de África (Sydney Pollack, 1985), “Mazurka n.º 4 Op. 17” de Frédéric Chopin en El imperio del sol (Steven Spielberg, 1987), “Concierto para violín n.º 3” de Mozart en Balzak y la joven costurera china (Dai Sijie, 2002)… y un largo etcétera. Y también en El nido y que nos regala el dúo de “Adán y Eva” de “La creación” de Haydn. Y con la belleza de la música clásica rememoramos el “nido” que guarda los secretos del amor prohibido. Título original: El nido Año: 1980 Duración: 107 min. Nacionalidad: España Género: Drama Director: Jaime de Armiñán
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