CINE Y PEDIATRIA 4
publicado: sábado 14 de septiembre de 2013 182 Cine y Pediatría [192] límite (Xavi Giménez, 2010 [Cine y Pediatría 49]), NEDS (Peter Mullan, 2010 [Cine y Pediatría 53]), 15 años y un día (Gracias Querejeta, 2013 [Cine y Pediatría 180]) y tantas otras. Empieza como la variante gay de Kids (Larry Clark, 1995) y termina como la historia de amor platónico entre un pederasta y su víctima. Su principal virtud es no demonizar una figura tan demonizable como la del pederasta Big John, sino tratarlo como una persona con sentimientos que se aproximan a la cotidianidad. Gravitado a su alrededor, está el hijo que nunca tuvo, un chico que descubre su (homo)sexualidad cuando el mundo está desmoronándose a sus pies. La comprensión que nace entre ellos juega con nuestro perjuicio morales y sus diálogos y acercamientos se convierten en un proceso de seducción entre ambos que se fundamentan, en realidad, en un equilibrio de fuerzas desvalidas . De nuevo un ogro y su hijo adoptivo, la bella y la bestia, como pasara en El viaje de Felicia (Atom Egoyan, 1999 [Cine y Pediatría 117]). Michael Cuesta pondera unos adecuados guión y dirección, con un buen duelo actoral entre Paul Franklin Dano y Brian Cox. La banda sonora de Pierre Földes tiene un papel protagonista y los escenarios se encuentran fotografiados con una exquisitez suburbana. Y así, L.I.E . es el acrónimo comentado, pero “lie” también es mentira en inglés, quizás como un juego de razonamientos sobre lo que es la autopista de la adolescencia y que nos
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