CINE Y PEDIATRIA 4

publicado: sábado 12 de octubre de 2013 198 Cine y Pediatría [196] otros, por Todd Rundgren, los Hollies o Gilbert O’Sullivan), la poética e hipnótica atmósfera que acompaña al recuerdo (y que recuerda, a veces, a la fotografía de David Hamilton), la recreación de la época y la construcción de un cuento de hadas sobre recuerdos adolescentes protagonizado por un quinteto de ángeles encerrados en una represiva y protectora fortaleza, adorados por multitud de admiradores que solo conseguirán retornar a su luminoso paraíso por medio del camino más sencillo: la senda de la muerte. Y en la que Sofia Coppola establece una percepción crítica sobre la importancia de la educación ambiental para el buen funcionamiento emocional y evolutivo del joven en el tránsito a la etapa madura de su vida , al dibujar esa cárcel psicológica en tonos pastel y llena de juguetes que simbolizan su sentencia, la imposibilidad de madurar libremente. Y donde el suicidio parece ser la única escapatoria a un estilo de vida impuesto por una sociedad hipócrita y ultraconservadora, protagonistas de ese sueño americano que así lo exige, aunque sea un imposible. Por último, los chicos que las admiran quisieron ser sus príncipes y, ciegos en su propio deseo, no se percataron de la desesperación de unas chicas a las que, en realidad, nunca conocieron. Pero detrás de la fascinación por unas hermosas niñas convertidas en mitos, se esconden la frustración y desilusión con sus vidas actuales. No es perfecta esta película, pero es una pequeña joya de obligada visión que recuerda a Picnic at Hanging Rock (Peter Weir, 1975). La historia es trágica, pero no así su tratamiento, que la convierte en un posmoderno cuento de hadas con princesas atrapadas en torres, brujas, príncipes encantados, caballeros andantes y ningún final feliz. Y para ello, Sofia Coppola construye planos muy estudiados que conforman verdaderas composiciones artísticas de todos los estilos, desde renacentistas hasta contemporáneos. La película habla de esa eterna disociación entre la realidad y el deseo que no ha dejado de torturar a los hombres y a las mujeres, y que es, sin duda, el descubrimiento más doloroso a que se tienen que enfrentar los adolescentes en su tránsito hacia la edad adulta: porque todos

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