CINE Y PEDIATRIA 4
cine y pediatría 4 231 Y es justamente en esta ciudad y en esta judería donde tiene lugar la película Corazones enfrentados (Jeroen Krabbé, 1998), una película que pasó prácticamente desapercibida, pese a que recibió tres premios en el Festival de Berlín. El holandés Jeroen Krabbé tiene una larga y prolífica carrera como actor (en la década de los ochenta como actor fetiche de su colega holandés, Paul Verhoeven), pero es esta película su debut como director, un retrato de los traumas históricos (las secuelas dejadas por el nazismo en la Europa de los años setenta), de fanatismos religiosos y de conflictos generacionales que Krabbé dirige con imaginación y emotividad. Y esto la convierte en una curiosa película que tiene algunos méritos, parte de los cuales cabe atribuir a que su guión se fundamentó en el libro de “Twee Koffers Vol”, escrito en 1993 por la escritora holandesa Carl Frideman. La historia comienza con el relato que un hombre judío de apellido Silberschmidt (Maximilian Schell) le realiza a su hija, Chaja ( Laura Fraser ): escapando de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo que guardar en dos maletas cosas personales y queridas, y las escondió enterrándolas en un jardín, con la esperanza de recuperarlas algún día. Al terminar la guerra regresó a Amberes en busca de sus maletas, pero los bombardeos y la guerra habían cambiado el terreno, y la búsqueda de las maletas se convirtió en una obsesión. A pesar de los años que han pasado, el trauma de aquella experiencia sigue marcando las vidas de esta familia: su madre intenta olvidarlo y pasa el tiempo preparando pasteles, mientras que su padre busca obsesionadamente las maletas de aquella época, en las que guarda algunos de sus recuerdos y parte de su vida. Chaja crece y se convierte en una joven belga estudiante de Filosofía, rebelde como corresponde al aire liberal que vive el país en los años setenta. Cuando comprueba que no tiene bastante dinero para pagar sus gastos de piso y estudios, pero no encuentra un trabajo adecuado, se ve obligada a aceptar un trabajo que contrasta con su modo de vida y su manera de pensar. Chaja recibe una oferta para hacerse cargo de los hijos de la familia Kalman, una familia jasídica formada por un padre (el propio Jeroen Krabbé), una madre (Isabella Rossellini) y tres hijos, una familia caracterizada por tener
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