CINE Y PEDIATRIA 4
24 lectores (de España y también de Latinoamérica). Ya lo hemos repetido otras veces que nunca fue el objetivo escribir un libro (o dos, o tres, o cuatro… o los que vengan), pero el camino me ha traído hasta aquí después de importantes experiencias en distintos ámbitos durante los últimos tres años, y que avalan el valor del cine como experiencia docente y emocional. Experiencias en congresos científicos de Pediatría (nacionales e internacionales), experiencias en actividades docentes (de pregrado, posgrado y formación continuada), experiencias en publicaciones científicas (pediátricas y no pediátricas) y, cómo no, también nos hemos hecho presentes en festivales de cine, principalmente en el Festival de Cine Internacional de Alicante en sus últimas cuatro ediciones: la IX (2-9 de junio de 2012), la X (1-8 de junio de 2013), la XI (24-31 de mayo de 2014) y la XII, actualmente (29 de mayo-5 de junio de 2015). Un extraordinario ejemplo de cómo ser profeta en nuestra tierra, de cómo recibir luz en la “ciudad de la luz”, como así se conoce a Alicante. Y este camino me llevó el pasado 15 de diciembre de 2014 a realizar, en la Organización Médica Colegial de Madrid, el discurso de ingreso a esta prestigiosa organización de ASEMEYA, rodeado de colegas, amigos y familiares. ASEMEYA es una entidad en la que se agrupan más de dos centenares de profesionales de la medicina con inquietudes, afición y, al menos, una mínima obra realizada en los campos de la literatura, el arte o ambos. Los orígenes hay que buscarlos en el primer tercio del siglo XX, cuando se funda en Madrid la Asociación Española de Escritores Médicos para intentar reunir a un buen número de profesionales que realizaban labores periodísticas sobre cuestiones médicas y cuyas obras andaban desperdigadas por la prensa de la época. Es dudoso poder atribuir a la asociación fundada en 1928 el papel de germen de la actual ASEMEYA, si bien en los primeros años esta Asociación se parece mucho a la propia Asociación de la Prensa Médica, de la que en cierto sentido se había desgajado. Llegamos a los años cincuenta, a partir de los cuales su actividad se revitaliza, gracias en gran parte a
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