CINE Y PEDIATRIA 4

39 La novela se convirtió en un best-seller y llegó a ser número uno en las listas de ventas estadounidenses. El veterano Mick Jackson , director de títulos como  El guardaespaldas (1992) y  Vulcano  (1997), adapta la novela en formato de telefilm en el año 2008, y para ello cuenta con un buen reparto: Dermot Mulroney (el doctor), Gretchen Mol (su esposa) y Emily Watson (la enfermera), así como el papel de la debutante Krystal Hope Nausbaum (Phoebe, la hija con el síndrome de Down). La historia es todo un drama en torno a  cómo se reconstruye la vida personal y de pareja tras la muerte de un hijo en el parto, “muerte” real para la esposa y “muerte” ficticia para el marido.  Argumentos así son difíciles de sostener en la pantalla, por lo que la película no pasará a los anales del séptimo arte, pero sí se convierte la película en un elemento de reflexión, aunque el debate nos traslade a un ambiente de discriminación hacia las personas con síndrome de Down en las décadas de los años sesenta a ochenta, en donde deja al descubierto las deficiencias en los modelos de atención de aquella época a las personas con esta condición. Porque es la película una reflexión sobre un doble camino alrededor del síndrome de Down:  el camino de la enfermera, quien construye su vida a partir del amor de quien es capaz de dar sin esperar nada (adoptar como hija a una niña recién nacida con síndrome de Down para que no acabe en un sitio deshumanizado, dejando trabajo y ciudad) y el camino del doctor, quien introduce una gran mentira en su vida y en su matrimonio, mentira que no le abandonará. Durante los siguientes 25 años, el doctor se guarda su oscuro secreto y ve cómo su familia se desintegra por diversos problemas: la madre “verá” a la hija fallecida junto al hijo gemelo y el padre “verá” a la hija abandonada en cualquier chica, con un sentimiento de culpa que intenta esconder tras su cámara fotográfica y su obsesión por la fotografía. Dos escenas de la película merecen una especial atención.  En primer lugar, el parto de los mellizos y la expresión del padre cuando, en sucesivos flashes , nos presenta los rasgos físicos del síndrome de Down en la recién nacida: ojos almendrados, oblicuidad mongoloide de los ojos, surco simiesco en la palma de las manos, diástasis del primer y segundo dedo de los pies, piel redundante en la nuca, etc. Y también las sucesivas fotos en blanco y negro que aparecen a lo largo de la película,

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