CINE Y PEDIATRIA 4

publicado: sábado 30 de marzo de 2013 Cine y Pediatría [168] diversión vacía (y que nos enerva como espectadores) y lo único que les ofrece es una falsa felicidad momentánea. Pero como dice uno de los personajes:  “¿Por qué no podemos sentarnos y tan solo hablar?” . Como dice su directora,  “Me interesaba indagar en una generación de jóvenes perdidos y descontentos que se mueven por arenas movedizas ante la falta de estabilidad. Aparentemente, parecen estar conectados a través de las redes sociales y los teléfonos móviles, pero en el fondo están aislados, cada uno vive en su mundo y cuando se reúnen es como un juego de máscaras” . Y para ello parte de un  elenco de actores puramente amateur ,  para conseguir transmitir esa sensación de autenticidad adolescente y  en donde la improvisación impera  en la gran mayoría del metraje, ayudando así al espectador a creerse a los personajes y entrar en el juego. Una improvisación de rodaje que duró 21 días y de donde fueron saliendo las piezas de este “rompecabezas” de película. Dollhouse  ofrece todo un torrente de emociones mezcladas, revueltas, confusas, como la adolescencia misma.  Y donde los personajes vagan por esa casa en un mundo donde su realidad está continuamente alterada. Esta sensación viene reforzada con un  potente apartado visual y musical  que mezcla momentos esquizofrénicos con momentos más pausados (ofreciendo cierto equilibrio dentro del descontrol que se plantea).  Pero a pesar de la deriva destructiva de esa noche, el mensaje de la película está lleno de optimismo. Porque

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