CINE Y PEDIATRIA 5

214 publicado: sábado 1 de noviembre de 2014 Cine y Pediatría [251] P arece ley natural que los hijos sean quienes deben enterrar a los padres y no al revés. Y por ello quizás, cuando se rompe esa supuesta ley de vida, no existe manera alguna de describir la magnitud del dolor que se siente tras la muerte de un hijo. Porque la muerte de un hijo debe ser una de las experiencias más devastadoras que unos padres van a vivir , especialmente la madre, con muy pocas posibilidades de que salir adelante con facilidad. El cine también ha abordado este tema, algunas películas ya tratadas en Cine y Pediatría , como Un grito en la noche (Marc Foster, 2000 [Cine y Pediatría 198]), La habitación del hijo (Nanni Moretti, 2001 [Cine y Pediatría 56]), El amor y otras cosas imposibles (Don Roos, 2009 [Cine y Pediatría 198]), El mejor (Shana Feste, 2009 [Cine y Pediatría 98]), etc. A estas películas se suman la titulada en España como Los secretos del corazón (John Cameron “ Los secretos del corazón ” y la madriguera de un gran dolor

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