CINE Y PEDIATRIA 5

cine y pediatría 5 235 el alemán centroeuropeo de Silencio de hielo o sea en español andaluz de La isla mínima , ambas nos dejan el alma helada, aislados con el dolor de estos terribles hechos a nuestro alrededor. Pero con La isla mínima uno tiene una sensación que ocurre muy pocas veces en la oscuridad de una sala de cine: ver una película y en el primer visionado tener la sensación y el presentimiento de que asistes al nacimiento de un clásico. Desde esas primeras imágenes cenitales de las marismas del Parque de Doñana y de la ribera del bajo Guadalquivir (casi sacadas de un reportaje del National Geographic, a medio camino entre la serenidad del paisaje que Julio Medem nos regala en Tierra y el paisaje fluvial que Alan Parker nos insinuó en Arde Mississippi ), pero que adquieren anatomía y protagonismo particular (y que se repiten a lo largo de la cinta, siempre impactantes, siempre con mensaje incluido) comienzas a enterrar los perjuicios, pues estamos ante una película netamente española (de época, de la transición, en Andalucía y con acento andaluz, con actores conocidos y reconocidos en papeles bien diferentes…) y, sin embargo, el buen hacer del director, del guión, de los actores, de la fotografía y de la música, te sumergen ante un clásico. Eso y más es La isla mínima. Ambientada en un rincón remoto (en todos los sentidos) de la Andalucía profunda de los años ochenta, en plenas marismas, desafiando la humedad penetrante y angustiosa del río, Alberto Rodríguez encuentra en el Guadalquivir su particular Mississippi, allí donde un pueblo maldito se curte de un irreversible desencanto, en el que un criminal actúa impunemente mientras todos callan porque el miedo es el vecino más ilustre de la comunidad. Un nudo permanente en la garganta, que escarba entre los instintos más innobles del ser humano para componer un retrato coral aldeano, que es uno de los atrezos más genuinos y escalofriantes del cine español en décadas, esa España bipolar ahogada entre el contraste del reciente franquismo y la nueva democracia.

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