CINE Y PEDIATRIA 5

cine y pediatría 5 251 ausentes o han desaparecido), la música (Bruno Coulais convierte la música y las canciones en un personaje principal de la obra, una creación sonora que juega con la emoción) y la enseñanza (la experiencia artística como elemento educativo). Muchas películas han utilizado como leitmotiv la importancia de la experiencia artística en la transformación de un niño a adolescente y de adolescente a adulto: en Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988 [Cine y Pediatría 125]) con el cine, en El club de los poetas muertos (Peter Weir, 1989 [Cine y Pediatría 248]) ocurría con la poesía, y en Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000 [Cine y Pediatría 106]) con la danza. En Los chicos del coro se trata del valor educativo de la música… y qué música. Como declaraba el propio Barratier: “Esto es lo que más me gusta del cine, y lo que tienen en común mis películas preferidas: ¿cómo puede contribuir un individuo a mejorar el mundo? Sé que el cine no puede cambiar las cosas, pero puede despertar las ganas de intentarlo. Me gusta salir de ver una película con ganas de identificarme con el personaje principal”. Un internado en 1949 tras la Guerra Mundial, en una Francia llena de conflictos sociales y de pobreza, en que muchos niños eran huérfanos de guerra, y otros de familias de precaria economía. Situar la película en esa fecha no es casual, pues después de la guerra se constituyeron los famosos centros de reinserción llamados comúnmente correccionales, se acababa de salir de la guerra y, como en todos los periodos de crisis, los padres tenían otras prioridades que la educación de los hijos. En esa misma época se creó en Francia la Protección Judicial de la Juventud, que confirió a los niños de un estatuto jurídico distinto del de los adultos. Otra gran película francesa también ocurre entre las paredes de un internado y por la misma época, una película que rememoraba también mi etapa adolescente entre las paredes de un internado: Adiós, muchachos (Louis Malle, 1987 [Cine y Pediatría 79]). En Los chicos del coro nos muestran el siguiente entorno. Centro educativo: internado de reeducación de menores en plena postguerra mundial. Alumnado: escolares hijos de mineros. Profesor: Clément Mathieu, profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores ( “Me llamo Clément Mathieu, músico fracasado, vigilante en paro”); descubre que la música

RkJQdWJsaXNoZXIy MTAwMjkz