CINE Y PEDIATRIA 5

56 publicado: sábado 8 de febrero de 2014 Cine y Pediatría [213] esa cara de ángel con pecas. Y con ello se muestra al espectador no solo lo que Maisie debe de estar sintiendo en cada momento, sino lo que está sintiendo como una niña que busca su propia voz susurrante en un mundo lleno de ruido . Así, el punto de vista inocente de Maisie impregna al film de belleza, equilibrio y ligereza, una ligereza para nada exenta de carga melodramática que sorprende, dados los acontecimientos que se suceden. Porque pese a toda la sinrazón de esos padres y de ese matrimonio, pese a la violencia moral (nunca física) de la película, pese a que la niña va y viene como un paquete (ante la irresponsabilidad de sus padres)…, la niña solo lanza una lágrima (digo bien, una) en toda la película. Porque ¿Qué hacemos con Maisie? es una emotiva película sin estridencias, y que muchos espectadores verán como a medio camino entre Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979) y Donde viven los monstruos (Spike Jonze, 2009), pero con la peculiaridad de que Onata Aprile nos envuelve en los

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