CINE Y PEDIATRIA 6

cine y pediatría 6 105 alma de niña.” También Anna Sullivan se dio cuenta de que la adquisición del lenguaje supuso de inmediato para Helen la posibilidad de expresar sus sentimientos ante los demás y ante sí misma, y el dejar de lado esa agresividad animal que utilizaba siempre que se sentía presionada. •  La carencia de la vista y el oído: la cárcel de Helen. La vista y el oído son los sentidos más apreciados por los seres humanos, y su carencia genera serias dificultades de adaptación. Por ello la película está rodada en un blanco y negro lúgubre en la mayoría de las escenas, y solo al final la película se salpica por rayos de un sol que prologan el milagro, porque solo al final de la película es cuando Helen “escapa” de su cárcel y en una de las escenas más emotivas le entrega a Anna las llaves de la casa y deletrea la palabra “maestra”. •  El proceso de aprendizaje del lenguaje de los sordociegos. Y esa frase simbólica: “Ahora cuanto tengo que enseñarte cabe en una sola palabra: todo” . El aprendizaje del lenguaje para sordomudos, o el del lenguaje para sordociegos a través del tacto, que es el que aparece en la película. La diferencia principal con el lenguaje oral es que el lenguaje para sordociegos, en vez de centrarse en los sonidos, lo hace en las sensaciones táctiles. En el aprendizaje del lenguaje, la historia de Helen Keller añade un problema más, aparte de la carencia de dos sentidos tan importantes como la vista y el oído; el problema al que nos referimos es la edad de Helen. Con siete años Helen habría sobrepasado el denominado “periodo crítico” para el aprendizaje del lenguaje. Basándose en los casos de seres humanos que durante su infancia sufrieron una carencia – total o parcial– en la enseñanza del lenguaje, los psicolingüistas

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